JESUS PARRA MONTERO “Si hay un idiota en el poder es porque, quienes lo eligieron, se sienten bien representados”. Mahatma Gandhi Se atribuye a Confucio esta antológica y conocida frase “Cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo”. En la actualidad política hoy se puede repetir sin que pierda un ápice de vigencia. Hay personas que se quedan en lo superficial, ignorando la esencia de las cosas: prefieren las formas frente al fondo, las apariencias frente a la realidad, incapaces de distinguir lo que es importante de lo que no lo es; con qué frecuencia ocurre que no quieren ver los problemas que nos muestran la realidad (la luna) y se aferran a contemplar la futilidad de lo banal (el dedo). Con la mente abierta de lo que está sucediendo en el mundo globalizado en el que vivimos, preferimos entretenernos en discutir los caprichos jurídicos de un juez “despeinado de ideas y argumentos sólidos”, que bucea en el fango, ansioso de pisar “La Moncloa”. Y mientras días y días en todos los medios de comunicación se analiza la discutible citación del titular del juzgado de instrucción número 41 de Madrid, apellidado Peinado; este discutible juez ha rechazado la petición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de declarar por escrito en el caso en el que se investiga a su mujer, Begoña Gómez, y, contra la sensatez de una legalidad bien interpretada, cuando estoy cerrando estas reflexiones, mantiene cazurro su citación este martes 30 de julio en el Palacio de la Moncloa. Habría que aplicarle a este juez, la experimentada frase de Alfonso X el Sabio: “Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen”. Se atribuye a Confucio esta antológica y conocida frase: “Cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo” Desde antiguo, hay un proverbio de origen chino estudiado por el matemático y meteorólogo Edward Lorenz como el efecto mariposa según el cual “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”. Según esta hipótesis, vinculada a la teoría del caos, el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York. La teoría del caos (un sistema caótico flexible) y el efecto mariposa vienen a explicar que algo tan complejo como el universo y lo que en él sucede es impredecible. Y la pregunta es obvia y sencilla: ¿es posible que el aleteo de una mariposa en Sri-Lanka pueda provocar un huracán en EEUU?; pero desde la teoría del caos comporta respuestas y fenómenos difíciles de resolver en términos de relaciones lineales causa-efecto. En un sistema no determinista y lineal, pequeños cambios pueden conducir, mediante un proceso de amplificación, a consecuencias totalmente divergentes generando efectos considerables a medio y largo plazo. La batalla del relato no es otra cosa que la pugna por imponer una única versión de la historia y descartar toda forma de discrepancias y matices ¿Con qué intención introduzco estas iniciales reflexiones? Porque llevamos meses enredados en analizar situaciones de importancia menor mientras obviamos las que de verdad importan, no sólo para nosotros, los españoles, sobre todo para ciertos políticos de la derecha y para ciertos medios de información de escasa responsabilidad, pero de enorme importancia para el futuro inmediato mundial. Desde la metonimia que la RAE define como el procedimiento de “designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa”, una de las prerrogativas de algunos políticos y periodistas nada objetivos consiste en abolir la historia y reemplazarla por el relato mítico, es decir, por una historia oficial que sirva para imponer una visión única e idealizada sobre los sucesos del pasado. La batalla del relato no es otra cosa que la pugna por imponer una única versión de la historia y descartar toda forma de discrepancias y matices; pero bien sabemos, de ello tenemos amplia experiencia, que unificar la historia equivale a abolirla. El éxito del relato político, como herramienta de control informativo, consiste en saber imponer el marco de debate. Se trata de conseguir que toda la discusión pública, favorable o no, gire alrededor de un tema o un término que resulte ventajoso. Los políticos avezados y los medios de comunicación saben muy bien que es mediante las preguntas como se controla el marco del debate. Las preguntas condicionan de un modo u otro el sentido de las respuestas. Una de las formas de ejercer el poder, como sostenía Maquiavelo, consiste en saber imponer las preguntas. Y el relato político en este momento gira en torno a las preguntas inconexas y poco argumentadas del insistente juez Peinado, apoyado por VOX, el PP y ciertos medios afines, a la señora Begoña Gómez y a su esposo, el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Es como un juego de prestidigitación: intentar que el público mire a una mano mientras le atizas con la otra. ¡Qué largo es el camino hacia la libertad, la democracia y la tolerancia y cuántos obstáculos ponen algunos para conseguirlo! Pero como decía el poeta, “hay quien podrá cortar algunas flores, pero no detener la primavera”. Desde el comienzo del milenio, cuando Vladimir Putin tomó el poder en Rusia, diferentes líderes autoritarios están llegando a dominar la política mundial Y uno de los obstáculos no menor que tiene el camino hacia la libertad, la tolerancia y la democracia es la posibilidad de que, como en otros países gobernados por las derechas, Donald Trump pueda alcanzar de nuevo la presidencia de los EEUU, pues quienes analizan la gestión de los políticos sin pasión y con sensata objetividad, suceda lo que suceda, Donald Trump pasará a la historia de la infamia democrática; este sí que es un problema que importa, no sólo para los propios EEUU, sino para todo el orden mundial. Así lo escribió Gideon Rachman en su obra “La era de los líderes autoritarios”. El reconocido periodista británico, con una brillante carrera académica y profesional, describe que estamos en una nueva era política, en la que el culto a la personalidad amenaza la democracia en el mundo y, según él, es importante tener claro que cuando se camina en la