Umbral

20 de noviembre de 2024

Editorial

Hacia una relación de cooperación y solidaridad entre la República Dominicana y Haití   La República Dominicana y Haití comparten no solo una misma isla, sino también una rica historia entrelazada que ha sido forjada por la lucha, la resistencia y la cooperación. A lo largo de los siglos, nuestros pueblos han estado unidos por nombres y hechos que han marcado el rumbo de nuestras naciones. Desde la independencia de Haití, la primera revolución antiesclavista del mundo, hasta las luchas independentistas dominicanas, donde figuras haitianas se alzaron junto a nuestros héroes, la historia nos recuerda que somos parte de un mismo tejido humano. Nombres como Toussaint Louverture y Juan Pablo Duarte son símbolos de una lucha compartida por la libertad. Durante las invasiones norteamericanas de 1916 y 1965, héroes y heroínas haitianas se unieron a nuestros compatriotas para defender la soberanía de la patria. Estos momentos históricos nos enseñan que la cooperación y la solidaridad son fundamentales para el progreso de ambos pueblos. Es imperativo que reconozcamos y celebremos esta herencia común, que nos invita a construir un futuro en el que la colaboración y el respeto mutuo sean la norma. La migración, un fenómeno tan antiguo como la civilización misma, ha sido un motor de desarrollo en todo el mundo. En la actualidad, muchos haitianos llegan a la República Dominicana en busca de mejores oportunidades, huyendo de condiciones de vida insostenibles. Este fenómeno no debe ser visto como un desafío, sino como una oportunidad para enriquecer nuestra sociedad. La mano de obra haitiana es esencial en sectores clave como la agricultura, la construcción y los servicios, y su contribución es vital para el funcionamiento de nuestra economía. Sin embargo, la situación de la inmigración irregular ha generado intensos debates en nuestro país. Es fundamental que abordemos este tema con un enfoque humano y pragmático. Regular la situación de los inmigrantes haitianos no solo es un acto de justicia social, sino también una necesidad económica. No podemos exigir que los descendientes haitianos se sientan “hijos de Duarte, Mella, Sánchez o Luperón” para poder vivir legalmente en nuestra tierra. La identidad nacional no se mide por la sangre, sino por el compromiso y la convivencia en un mismo espacio. La diversidad cultural que traen consigo los inmigrantes no diluye nuestra identidad nacional; al contrario, la fortalece. La integración de las culturas de los inmigrantes enriquece el tejido social y promueve un ambiente de innovación y creatividad. Es hora de abrir los ojos y reconocer que la verdadera fortaleza de un país radica en su capacidad para integrar y valorar a todos sus ciudadanos, sin importar su origen. La historia nos ha enseñado que la cooperación y la solidaridad son fundamentales para el progreso de nuestros pueblos. Es momento de construir puentes, no muros, y de trabajar juntos hacia un futuro en el que todos tengamos la oportunidad de prosperar. La relación entre Haití y la República Dominicana debe ser un ejemplo de cómo dos naciones pueden unirse en la búsqueda de un bienestar común, celebrando nuestras diferencias y abrazando nuestra historia compartida. En conclusión, es fundamental que ambos pueblos reconozcan el valor de la cooperación y la solidaridad. La migración, cuando se gestiona adecuadamente, puede ser una fuente de riqueza y diversidad que enriquece nuestra nación. Al regular el estatus migratorio de los haitianos y otros inmigrantes, no solo se les brinda la oportunidad de vivir y trabajar dignamente, sino que también se fortalece nuestra economía y se promueve un ambiente de paz y convivencia. Es hora de avanzar juntos, hacia un futuro donde la historia común y la solidaridad sean los pilares de nuestra relación.

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Julio Guamán

La inmigración y el crisol cultural de la República Dominicana

Es crucial que abordemos la inmigración desde un enfoque humano y pragmático. Regular la situación de los inmigrantes haitianos no solo es un acto de justicia social, sino también una necesidad económica. Al hacerlo, no solo se les brinda la oportunidad de vivir y trabajar dignamente, sino que también se fortalece la economía dominicana y se promueve un ambiente de paz y convivencia. Por Julio Guzmán Acosta   La migración es un fenómeno humano tan antiguo como la civilización misma. A lo largo de la historia, los grandes movimientos de desplazamiento humano han sido impulsados por condiciones económicas y políticas que obligan a las personas a buscar mejores oportunidades en tierras ajenas. La realidad es que muchos emigran para preservar su vida y huir de condiciones de vida que resultan insostenibles. En medio de esa situación, es fundamental entender que la inmigración no solo es un desafío, sino también una oportunidad para el desarrollo de las naciones. Los países más desarrollados del mundo, como Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, han construido gran parte de su riqueza económica, cultural y de prosperidad, gracias a la contribución de los inmigrantes, bien estén regularizados o no. Estos individuos no solo han aportado mano de obra, muchas veces en condiciones de precariedad por su estatus migratorio, de lo que muchos empresarios se han aprovechado, enriquecido y además con sus culturas, han enriquecido la cultura local, creando un crisol cultural que enriquece a la sociedad en su conjunto. La diversidad cultural no diluye la identidad nacional; al contrario, la fortalece. La integración de las culturas de los inmigrantes enriquece el tejido social y promueve un ambiente de innovación y creatividad. En la República Dominicana, la situación de la inmigración irregular, especialmente la de los haitianos, ha sido objeto de intensos debates. Es innegable que la mano de obra haitiana es esencial para sectores económicos clave como la agricultura, la construcción y los servicios domésticos. Sin la contribución de estos trabajadores, muchos de estos sectores entrarían en crisis, afectando no solo la economía, sino también la vida cotidiana de millones de dominicanos. Sin embargo, la regulación de la inmigración debe ser un proceso que contemple tanto las necesidades del país como los derechos de los inmigrantes. No se puede exigir que los nacionales o descendientes haitianos se sientan “hijos de Duarte, Mella, Sánchez o Luperón” para poder vivir legalmente en la República Dominicana. La identidad nacional no se mide por la sangre, sino por el compromiso y la convivencia en un mismo espacio. La historia de nuestro país está marcada por la diversidad y la mezcla de culturas, y es precisamente esta riqueza cultural la que nos define como nación. Es crucial que abordemos la inmigración desde un enfoque humano y pragmático. Regular la situación de los inmigrantes haitianos no solo es un acto de justicia social, sino también una necesidad económica. Al hacerlo, no solo se les brinda la oportunidad de vivir y trabajar dignamente, sino que también se fortalece la economía dominicana y se promueve un ambiente de paz y convivencia. La migración es un fenómeno que no podemos ignorar. En lugar de ver a los inmigrantes como una amenaza, debemos reconocer su valor y su contribución a nuestra sociedad. Al final del día, todos somos parte de un mismo tejido humano, y es nuestra responsabilidad construir un futuro en el que todos tengamos la oportunidad de prosperar. La inmigración, cuando se gestiona adecuadamente, puede ser una fuente de riqueza y diversidad que hace más grande a nuestro país. Haitianos, venezolanos, colombianos, etcétera, al regular su estatus migratorio, crean riquezas económicas y nutren con sus manifestaciones culturales a la Republica Dominicana, eso no se discute, es un axioma. Es hora de abrir los ojos y reconocer que la verdadera fortaleza de un país radica en su capacidad para integrar y valorar a todos sus ciudadanos, sin importar su origen.

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Seguridad atención en salud

Uno de cada 10 pacientes sufre complicaciones durante la atención sanitaria y más de 3 millones mueren cada año debido a atención insegura. En países de bajos ingresos, hasta 4 de cada 100 mueren por la misma causa. Por Pedro Ángel   La atención de calidad y con seguridad que se da a los pacientes pasa por varios componentes. No sólo es la auscultación e intervención de los médicos. Son varias cosas. Asistiendo a eventos nacionales e internacionales he aprendido mucho sobre este tema y, en esencia, aquello de que una asistencia con calidad y seguridad va englobada en el comportamiento general de un personal sanitario y hasta administrativo, y las garantías del centro de salud que ofrece la atención. Cuando la atención no se ofrece con estos dos componentes, hay problemas. Vienen las complicaciones, las infecciones asociadas a la atención sanitaria, las demandas médicas y los disgustos del usuario contra los médicos y los centros. Es una sinergia entre todo el que trabaja en clínica u hospitales porque hasta una recepcionista, enfermera o empleado de seguridad que no toque la misma música pautada por la orquesta, se produce una atención sin seguridad y calidad. En días recientes asistimos al Foro de Calidad y Seguridad Internacional en Salud, organizado por el Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE), donde afirmé los conocimientos de lo que acabo de hablar. Y, además, reafirmé la necesidad de que los centros de asistencia en salud tengan las garantías certificadas por instituciones y organizaciones nacionales e internacionales para ofrecer asistencias, consultas, atención, tratamientos y procedimientos con plena seguridad y calidad para minimizar cualquier impacto negativo. En ese novedoso evento, Gastón Gabin, CEO de CEMDOE e INTEGRA, aseguró que sin seguridad y calidad no hay éxito en la atención de los pacientes y entiende que éstos son el centro de los centros de salud. Dijo que el ingrediente más importante para lograrlo es la gente y un equipo con propósito y fue enfático al decir que lograr éxito en esos puntos debe ser un modelo para República Dominicana y sus servicios médicos y sanitarios. Uno de cada 10 pacientes sufre complicaciones durante la atención sanitaria y más de 3 millones mueren cada año debido a atención insegura. En países de bajos ingresos, hasta 4 de cada 100 mueren por la misma causa. Esto lo dijo David Jaimovich, vicepresidente de la Joint Comission Acredittation, una de las más prestigiosas acreditaciones de servicios de salud. Tomando los últimos estudios sobre el tema, el experto aseguró que más del 50 por ciento de las complicaciones son prevenibles y la mitad se atribuye a errores de medicación. Algunas estimaciones sugieren que hasta el 4 de cada 10 sufren complicaciones de entornos primarios y ambulatorios, mientras hasta el 80 por ciento se puede evitar. Los eventos adversos comunes se pueden evitar y los daños evitables al paciente incluyen errores de medicación, procedimientos quirúrgicos inseguros, infecciones, errores de diagnósticos, caídas de pacientes, úlceras de presión, identificación errónea de pacientes, transfusiones de sangre inseguras y tromboembolia. República Dominicana debe apuntar a la calidad y seguridad en sus servicios a los pacientes. No debemos transigir en eso. Más ahora que alrededor del 4 por ciento de los turistas que nos visitan lo hacen en procura de atención en salud, según revela el 2do. Estudio de Turismo de Salud y Bienestar desarrollado por la Asociación Dominicana de Turismo de Salud.

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El peligro de una nueva identidad

Por Carlo Lara   “Nada más intenso que el terror de perder la identidad”, Alejandra Pizarnik El tema haitiano en la República Dominicana despierta muchas pasiones, comentarios, análisis y debates en el ámbito político, económico y social a una dimensión inexplicable. Es común ver en los barrios, calles, municipios y provincias a la gente de todos los extractos sociales opinar y hacer juicios positivos y negativos sobre la difícil y complicada situación de Haití y su impacto en nuestro país. En los últimos días, hemos visto a diferentes líderes políticos y empresarios hacer alusión a la necesidad de regularizar la situación migratoria de los nacionales haitianos que laboran en el área agrícola y la construcción, alegando que son dos sectores que se han visto gravemente lacerados luego de que el gobierno dominicano encabezado por el presidente Luis Abinader, anunciara y ejecutara un amplio plan de deportaciones, con el propósito de devolver a su país de origen unos 10 mil indocumentados haitianos semanales. El argumento principal de los interesados del área agrícola, son las grandes pérdidas a la cual se enfrentaría el país en caso de que las plantaciones de arroz, tabaco, entre otros alimentos no cuenten con la mano de obra haitiana. El mismo planteamiento hacen los empresarios del sector construcción, quienes ya han anunciado la paralización de obras en la región Este y otros puntos del país debido a la escasez de trabajadores haitianos. Cada punto señalado por estos actores de la vida nacional y económica en tal sentido de alguna manera tienen razón, ahora bien, nos surge una importante interrogante: ¿Cuál sería el costo político, social y económico que pagaría la República Dominicana al privilegiar a estos sectores? Hablemos un poco del costo social y económico que por décadas ha arrastrado la República Dominicana al brindar concepciones a los nacionales haitianos en condición de indocumentados no solo en la agricultura y la construcción, debemos recordar que aéreas como la salud, la educación entre otras, también se han visto afectada con la proliferación de la migración haitiana indocumentada en el país. Nuestra reflexión la sustentamos en el hecho de que en la actualidad hay 200 mil alumnos de los casi 2 millones que cursan básica y secundaria en las escuelas públicas, de esta cantidad 143 mil, son de origen haitiano, representando el 71.5%. de la totalidad de extranjeros matriculados en las escuelas del país, según datos ofrecidos por el propio canciller dominicano Roberto Álvarez. Ahora bien, estarán estos niños en su gran mayoría hijos de padres indocumentados haitianos en la capacidad psicológica y con el compromiso social, moral y patriótico de asumir a los padres fundadores de la dominicanidad, ¡Por supuesto que no!, eso será imposible, y es simple, ellos pertenecen a otra cultura social y más que eso vienen de familias comprometidas moral y emocionalmente con su país de origen Haití. De igual manera no podemos dejar de mencionar que los últimos datos del repositorio de Información y Servicios de Estadística del Servicio Nacional de Salud (SNS) indicando que, durante los dos primeros meses del año 2024, en el país fueron atendidos 5,488 partos a madres de origen haitiano, representando el 35% de los 15,661 nacimientos documentados. Sería interesante conocer de parte de algunos empresarios y políticos que proponen regularizar a los nacionales haitianos que trabajan la agricultura y la construcción. ¿Cuál sería el mecanismo de regularización: permisos de trabajo o legalización?, ¿Están esto permisos contemplado en la Ley General de Migración? y por último ¿Este plan incluiría a sus familiares; esposas e hijos? Insistimos la República Dominicana necesita un marco legal que garantice el control de la migración de indocumentados haitianos, pero además que a través de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y la Dirección General de Migración puedan generar estadísticas, seguras y confiables de cada uno de los nacionales haitianos en el país. El Estado está en la obligación de redoblar los esfuerzos en proteger los pasos fronterizos que durante décadas han sido un desorden, lleno de corrupción sin importar el gobierno de turno. Viendo este panorama complicado y difícil, nos surgen varias interrogantes; está la República Dominicana dispuesta a pagar un precio tan alto como la amenaza de perder su identidad para los próximos 30 años, a través del trueque de la llegada de cientos de haitianos que hoy algunos políticos y empresarios sugieren les sean entregados sus papeles para poder trabajar legal en el país. Decía la escritora y compositora americana Miley Cyrus: “Nunca debemos perder nuestra identidad, eso es lo que nos hace únicos y especiales”. Sabías palabras de Cyrus, en la actualidad la cantidad de nacionales haitianos en la República Dominicana es incierta, las autoridades no cuentan con datos certeros y definitivos de la cantidad de haitianos en el país, de lo que, si estamos seguros, es que son muchos en todo el territorio dominicano, situación que pone en peligro a corto y largo plazo la preservación de la identidad nacional. Del gobierno dominicano no hacer frente e instituir un marco legal y definitivo para todas las áreas económicas del país, en donde la mano de obra haitiana sea regulada como lo establece la Ley de Migración, es imposible contrarrestar una situación que se encuentra desbordada y en total descontrol. Sin lugar a duda que esta situación pone en peligro de extinción la identidad nacional debido a la proliferación de un grupo étnico que florece cada día sin control, forzando de manera inequívoca el nacimiento de una nueva sociedad integrada por jóvenes que no representan de ninguna manera el pensamiento de Juan Pablo Duarte y los demás próceres fundadores de la nación dominicana. El presidente Luis Abinader tiene el gran reto de proteger la identidad nacional, de preservar nuestras costumbres, cultura y religiones, implementar medidas humanas que permitan garantizar el respeto a los valores patrios y que el futuro de la sociedad dominicana no se encuentre bajo la amenaza de una mezcla cultural diferente e incompatible, esta sería la única forma de evitar que en la República Dominicana florezca una

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El éxito de un plan vial

VISIÓN GLOBAL Por Nelson Encarnación   PERSPECTIVA: El plan de seguridad vial anunciado el lunes por el presidente Luis Abinader y varios funcionarios es una iniciativa que de llevarse a la práctica debería tener un impacto significativo en la reducción de la siniestralidad en el tránsito, un renglón negativo en el cual nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en la región como principal causa de muerte. Lo delineado apunta a una relevancia si se implementa en su plenitud, aunque se generan interrogantes que deben ser despejadas. Una de ellas—probablemente la más trascendental—es qué hacer con los 3.7 millones de motocicletas que circulan sin ningún control por toda la República Dominicana, que representan el factor determinante para que el país tenga tan elevado sitial en las mediciones sobre siniestralidad vial. La preocupación no es solo eso, sino que se fundamenta en las estadísticas disponibles—que son muy pobres, por cierto—sobre el impacto de los motores en el flagelo de los accidentes y el papel que estos juegan como causantes de fallecimientos y lesiones permanentes. Las únicas estadísticas disponibles las recibimos luego de ocasiones especiales, como Semana Santa, Navidad y festividades que incrementan la movilidad vial, cuando las autoridades montan los llamados operativos. Al pasarse balance de esos operativos puntuales nos enteramos que, en promedio, el 70% de los eventos viales, las muertes y las lesiones es aportado por las motocicletas, un medio de transporte que se ha masificado de manera inimaginable y sin controles efectivos. Es decir, que al desagregar el factor motocicletas, las estadísticas relacionadas a accidentes viales tenderían a una reducción significativa, y, por consiguiente, nuestro país bajaría a los lugares menos punteros en cuanto a muertes, heridos y discapacidades permanentes que se derivan de ellos. Esta dramática circunstancia nos lleva a ser escépticos respecto del resultado a obtener del importante plan que se ejecutará, pero también representa una decisión retadora para las autoridades. ¿Qué se contempla frente al desafío de millones motocicletas conducidas por desaprensivos para quienes no existen normas? Y lo más relevante todavía: ¿Cuál será la conducta de los agentes encargados de hacer cumplir las leyes, y para quienes—frente a motoristas y “padres de familia” que conducen “conchos” y voladoras—las disposiciones son nulas? Esta es la cuestión crucial para el éxito que todos esperamos, pues afrontar con determinación el caso de las motocicletas tiene un impacto económico y de salud pública cuyos alcances ni siquiera el propio ministerio es capaz de medir, conforme observamos cuando el presidente Luis Abinader requirió los datos a los encargados Víctor Atallah y Mario Lama. Sin embargo, las consecuencias de los accidentes y su repercusión negativa en los planos de salud y laboral, se puede notar en diferentes lugares de trabajo, agencias de servicios gubernamentales como en los hospitales, adonde acuden personas en edad productiva con secuelas de esos eventos. Una persona que pierde un miembro siendo el proveedor de su familia, genera una tragedia personal, económica y social, al dejar de llevar el sustento a sus dependientes como consecuencia de su discapacidad para el trabajo. De modo que, el efecto motocicletas desencadena unas derivaciones trágicas en muchos sentidos, razón por la cual, al abordar el tema del tránsito, ese medio de transporte es fundamental.

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19 de noviembre de 1942: punto de inflexión de la 2da Guerra Mundial

En su visceral actitud anticomunista, Hitler, ordenó al VI Cuerpo de Ejército Alemán del general Friedrich Von Paulus, el IV Ejército Panzer junto a unidades rumanas, húngaras e italianas, que cubrían la retaguardia, sitiar y destruir la ciudad que llevaba el nombre del líder del estado, del ejército y del pueblo soviético, Stalingrado. Por Freddy González    Después que aplicado el Blitzkrieg las hordas del nazismo alemán de la Wehrmacht (Ejército) y la Luftwaffe (Fuerza Aérea) habían asolado a toda la Europa occidental y de someter al asedio y un inclemente bombardeo a Gran Bretaña; el esquizofrénico y desquiciado Adolfo Hitler decidió poner en práctica la conquista del llamado “Espacio Vital”. El 22 de junio del año 1941 las tropas nazis invadieron en territorio de la Unión Soviética por tres frentes: Por el Norte, atacando la ciudad de Leningrado, antigua San Petersburgo, cuna de la revolución; por el centro, atacando la ciudad de Moscú capital del estado Soviético y por el sur la ciudad de Kiev, entrada a las principales fuentes energéticas del país. En su visceral actitud anticomunista, Hitler, ordenó al VI Cuerpo de Ejército Alemán del general Friedrich Von Paulus, el IV Ejército Panzer junto a unidades rumanas, húngaras e italianas, que cubrían la retaguardia, sitiar y destruir la ciudad que llevaba el nombre del líder del estado, del ejército y del pueblo soviético, Stalingrado. Cercada y sometida a su total destrucción por 5 meses y 13 días, desde el 23 de Agosto1942 hasta el 2 de febrero de 1943, fecha en que se concretizó la rendición del Mariscal de Campo Von Paulus y más de 250 mil efectivos del deteriorado VI Ejército, flor y nata de las tropas alemanas; el Ejército Rojo, el Partido Comunista y los habitantes de la ciudad lograron detener la furia de los ataques combinados de Wehrmacht y la Luftwaffe. La ciudad fue totalmente destruida y tomada en un 90% de su territorio, su conquista parecía cuestión de días. Pero, la orden ejecutiva 227 del 28/7/42 Impartida por Stalin de “NI UN PASO ATRÁS” y junto a la llegada de los Generales Gueorgui Zhukov, jefe del comando conjunto del Ejército Rojo, y Vasili Chuikov traído de China para defender lo poco que quedaba de la ciudad en manos Soviética, lograron frustrar los planes Nazis. Chuikov trazó la política de “Abrazar al Enemigo”, que consistía en luchar cuerpo a cuerpo, calle por calle, cuadra por cuadra, edificio por edificio, táctica que dificultaba la guerra rápida del Blitzkrieg. Los francotiradores jugaron un papel importante en mantener inmóvil a los comandos alemanes que pretendían ocupar la totalidad de la Ciudad. Mientras en Alemania, el alto mando Nazi, daba por un hecho la caída de Stalingrado y Chuikov resistía desesperadamente por mantener la emblemática ciudad, con el Volga en sus espaldas y las tropas de Paulus en su cara, el general Zhukov preparaba la inimaginable e increíble contra ofensiva rusa. Reclutando tropas de Siberia y de  Mongolia preparó un ejército de  más de un millón de soldados al otro lado del Volga para lanzar el 19 de noviembre del 1942 la Operación Urano  en forma de pinza que dejó encerrado al todo poderoso VI ejército  entre las tropas del flanco norte dirigida por el general Prokofy Romanenko y las tropas del flanco sur dirigida por el general Iván Chistiakov, las que lograron encontrarse y cerrar un círculo en  Karach, el 23 de noviembre, cuatro días después de iniciada  la operación, echando por tierra la falsa leyenda nazi de la invencibilidad de su ejército. En la contra ofensiva Soviética también estuvieron las destacadas participaciones de los generales Nikolái Vatutin por el flanco Sur, Konstantain Rokosvski por el flanco Norte y Andrei Yeriomenko por el centro. Hoy al conmemorarse el 82 aniversario del comienzo de la contra ofensiva de heroico Ejército Rojo, lo que marcó el punto de inflexión de la segunda guerra mundial y el comienzo de la derrota de la maquinaria bélica del nazismo, queremos rendir un homenaje de recordación a los millones de soldados y del pueblo soviético que con sus sacrificios y esfuerzos lograron contribuir con la derrota de la mayor pesadilla que hayas vivido la humanidad. Siempre habrá un antes y un después de aquél histórico 19 de noviembre de 1942. Vasili Ivanovich Chuikov héroe de la defensa de Stalingrado. Loor eterno a su memoria!!

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Ministro de Trabajo presenta ante comisión especial proyecto de Modernización al Código de Trabajo

Por Brendalis Reyes   Santo Domingo. En un ambiente de diálogo y expectativa, el ministro de Trabajo, Luis Miguel De Camps, presentó ante la Comisión Especial del Senado la Propuesta para la Modernización del Código de Trabajo. Este proyecto, que busca reformar el marco laboral del país, ha generado un intenso debate en el que las centrales sindicales han adoptado una posición crítica y vigilante. Durante su exposición, De Camps delineó los cinco grandes bloques que componen la propuesta: mejora de procedimientos, derechos individuales, inclusión del trabajo del hogar, teletrabajo y la capacidad sancionatoria del Ministerio de Trabajo. El ministro enfatizó que la iniciativa es el resultado de un proceso tripartito que involucra al gobierno, empleadores y trabajadores, con el objetivo de alcanzar un consenso que beneficie a todas las partes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por presentar un proyecto inclusivo, las centrales sindicales han manifestado su preocupación. La Unión Clasista de Trabajadores (UCT), Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) y la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) han expresado su desconfianza respecto a la verdadera intención detrás de la modernización del Código de Trabajo. Según ellos, aunque la propuesta incluye mejoras significativas, como el aumento del 100% en la licencia de paternidad y la regulación del trabajo doméstico, aún persisten vacíos que podrían afectar los derechos de los trabajadores. “Es fundamental que se garantice la protección de los derechos laborales en cada uno de los artículos que se están discutiendo. No podemos permitir que la modernización se convierta en una excusa para desmejorar las condiciones de trabajo”, afirmó Juan Núñez secretario general de la UCT durante una reciente rueda de prensa. Esta postura refleja el temor de que la búsqueda de mayor productividad y competitividad pueda llevar a la flexibilización de derechos laborales fundamentales. La propuesta también incluye medidas para reducir los gastos administrativos y legales en las relaciones laborales, un aspecto que ha sido recibido con escepticismo por parte de los sindicatos. “Si bien es cierto que se busca simplificar procesos, no podemos sacrificar la justicia laboral en el camino. La judicialización laboral debe ser abordada con cautela”, añadió Núñez A pesar de las críticas, el ministro De Camps defendió la propuesta como un avance necesario para el país. “Hemos trabajado durante más de dos años en este proyecto, realizando más de 100 sesiones de diálogo. La modernización del Código de Trabajo es un paso hacia la paz laboral y la generación de empleos”, subrayó. La Comisión Especial del Senado, presidida por Rafael Barón Duluc, se encuentra en la fase de ponderación del proyecto. Los senadores han mostrado interés en recibir respuestas claras sobre las inquietudes planteadas por los sindicatos, lo que sugiere que el debate está lejos de concluir. En este contexto, las centrales sindicales continúan organizándose para hacer escuchar su voz. La lucha por la defensa de los derechos laborales en la República Dominicana se intensifica, y la modernización del Código de Trabajo se convierte en un campo de batalla donde se juegan no solo las condiciones laborales, sino también el futuro del trabajo en el país. La Comisión Especial que procederá a ponderar el proyecto está conformada por los senadores Rafael Barón Duluc, quien la preside; Pedro Manuel Catrain Bonilla, Cristóbal Castillo Liriano, María Mercedes Ortiz Diloné, Omar Fernández Domínguez, Santiago José Zorrilla, Eduard Alexis Espíritusanto, Antonio Taveraz Guzmán y Casimiro Antonio Marte Familia.

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Venezuela califica de “ridículo” reconocimiento de EE. UU. a Edmundo González como “presidente electo”

Por Servicios Umbral.com.do Caracas, 20 nov. En un clima de tensión política y social, el gobierno de Nicolás Maduro se reafirma en el poder tras las elecciones del 28 de julio, donde fue proclamado para un tercer período presidencial. Sin embargo, la reciente declaración de Estados Unidos, que reconoce al opositor Edmundo González Urrutia como “presidente electo”, ha encendido las llamas de la controversia y ha puesto de manifiesto la injerencia de Washington en los asuntos internos de Venezuela. El canciller venezolano, Yván Gil, no tardó en responder a lo que calificó de “ridículo” reconocimiento por parte de la administración Biden. En un mensaje en Telegram, citó un refrán popular: “Del único lugar que no se vuelve es del ridículo”, dejando claro que el gobierno venezolano no acepta la legitimidad de la postura estadounidense. Gil, aludiendo a la historia reciente, recordó cómo en 2019, el entonces presidente Donald Trump reconoció a Juan Guaidó como presidente interino, un movimiento que fue ampliamente criticado y que no logró desestabilizar el gobierno legítimo de Maduro. Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., insistió en que el pueblo venezolano se había pronunciado “rotundamente” a favor de González Urrutia, quien se encuentra en el exilio tras una orden de captura en su contra. Este reconocimiento, que llega casi cuatro meses después de las elecciones, se presenta como un nuevo intento de Washington por influir en la política venezolana, desafiando la soberanía del país sudamericano. La oposición, liderada por María Corina Machado, ha respaldado la proclamación de González Urrutia, alegando que el 80% de las actas recopiladas por testigos electorales apoyan su victoria. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó a Maduro como ganador sin detallar el escrutinio, lo que ha generado protestas que han dejado un saldo trágico de 28 muertos y miles de detenidos. La respuesta de la comunidad internacional ha sido variada. Mientras algunos países han respaldado la posición de EE. UU., otros han defendido el derecho de Venezuela a decidir su propio destino sin interferencias externas. La situación es de normalidad en Venezuela y la libertad de 225 presos que participaron en los disturbios poselectorales lo confirma. En este contexto, González Urrutia, desde su exilio, agradeció el reconocimiento de EE. UU., afirmando que “honra el deseo de cambio de nuestro pueblo”. Sin embargo, muchos en Venezuela ven este gesto como una intromisión en su soberanía, un recordatorio de que, a pesar de la proclamación de un nuevo líder opositor, la lucha por el poder en el país sigue siendo un campo de batalla donde las fuerzas externas juegan un papel crucial. La victoria de Nicolás Maduro, a pesar de las acusaciones de fraude y la presión internacional, refleja la complejidad de la política venezolana. En un país donde la polarización es la norma, el desafío a la intervención extranjera se convierte en un tema central. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno de EE. UU. para imponer su visión de la democracia en Venezuela, y qué consecuencias tendrá esto para el pueblo venezolano? La historia reciente sugiere que la lucha por el poder en Venezuela está lejos de terminar, y que la soberanía del país seguirá siendo un tema de debate en el escenario internacional.

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