Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016, este ritmo alegre y vibrante ha traspasado fronteras, convirtiéndose en uno de los símbolos internacionales del país. Por Julio Disla La República Dominicana es una tierra rica en cultura y tradiciones, y su música típica es uno de los aspectos más representativos de su identidad. A través de los siglos, los dominicanos hemos desarrollado una gama de estilos musicales que reflejan la historia, la mezcla étnica y las experiencias cotidianas de su pueblo. Entre los géneros más conocidos y representativos de la música dominicana están el merengue y la bachata, pero también existen otros estilos tradicionales que son parte esencial de su legado cultural. El merengue es sin duda el género musical más emblemático de la República Dominicana. Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016, este ritmo alegre y vibrante ha traspasado fronteras, convirtiéndose en uno de los símbolos internacionales del país. Para Rafael Chaljub Mejía, uno de los más estudiosos de este género musical, “siempre hubo una versión urbana del merengue, más pulida y elaborada, el merengue de orquesta; pero lo mayoritario fue el merengue típico rural, el de enramada y de gallera, o merengue de línea, como también suele llamársele”. “Ese ritmo, inicialmente basado en el acordeón, la güira y la tambora, lo adoptó el pueblo y lo hizo suyo espontáneamente a finales de los setenta del siglo XIX, y se tocó y se bailó a través de los tiempos”, (Ver Chaljub, Mejía Rafael, Antes De Que Te Vayas, pag 11). El merengue típico tiene raíces en la música africana, europea y aborigen, reflejando la mezcla de culturas que conforman la identidad dominicana; y tal como destaca Chaljub, se remonta al siglo XIX, como una fusión de bailes y músicas populares que fue evolucionando en las zonas rurales. A pesar de que su inicio fue en los sectores pobres y humildes, el merengue gano influencia en los grupos dominantes cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo lo promovió como símbolo de identidad nacional. El merengue tradicional típico se toca con instrumentos como el acordeón, la güira y la tambora, cada uno aportando una sonoridad particular. La güira es un instrumento de percusión metálico que marca el ritmo rápido y constante, mientras que la tambora, un tambor de doble cara, añade una compleja percusión sincopada. El acordeón, por su parte, es encargado de las melodías principales, producido a oído, lo que le da al merengue típico su sonido distintivo. Evolución y popularidad A lo largo del siglo pasado (XX), el merengue se expandió, evolucionando hacia formas más modernas y urbanas. Figuras como Joseito Mateo, Johnny Ventura, Wilfrido Vargas, Los Hermanos Rosario, Fernando Villalona, Sergio Vargas, Juan Luis Guerra, entre otros, llevaron el merengue a la escena internacional, adaptándolo a nuevos públicos sin perder su esencia. Hoy en día, el merengue, ya sea en la versión típica o llamado moderno, sigue siendo una música de celebración, presente en fiestas, carnavales y eventos de toda índole. Relación Perico Ripiao con el merengue típico El término “Perico Ripiao” para referirse al merengue típico dominicano tiene varias explicaciones populares, aunque la más aceptada está relacionada con el lugar y una situación específica. Originalmente se decía Ripiao perico, de acuerdo con Huchy Lora, para referirse a la comercialización del broche de oro que la naturaleza les otorgó a las mujeres para darles encanto a los hombres. Sin embargo; un creativo comerciante que estableció un Boulder o “casa de diversión” en Santiago de los Caballeros invirtió el orden de los términos, bautizándolo con el nombre de “Perico Ripiao. En ese lugar, los músicos tocaban el merengue tradicional o típico para animar a los asistentes, y con el tiempo, la expresión Perico Ripiao se asoció con ese género del merengue que era interpretado con acordeón, güira y tambora. Otra versión del nombre hace referencia al carácter festivo y alegre de la música. “Ripiao” en el argot dominicano puede referirse a algo desgarrado o descontrolado, lo cual describe la energía vibrante y rápida de este tipo de merengue. Así Perico Ripiao” evocaría una música tan rápida y alegre que parece “desgarrar” al oyente con su ritmo contagioso producido a oído. Figuras destacadas del merengue típico En la historia del merengue típico dominicano, varias figuras han sido fundamentales para el desarrollo y popularización, tanto a nivel nacional como internacional. Estos músicos han contribuido a la evolución del género, manteniendo sus raíces mientras lo adaptaban a nuevas épocas; entre los cuales se destacan Ñico Lora, Tatico Henríquez, Rafaelito Román, Fefita La Grande, El Ciego de Nagua, Agapito Pascual, entre otros. La sugerencia de Rafael Chaljub Mejía Rafael Chaljub Mejía sugiere al Banco de Reservas, en la persona de su presidente ejecutivo, licenciado Samuel Pereyra, la realización de una obra titulada “Reservas del Merengue Típico, tal y como se hizo con la selección de merengues de antología, interpretados por una orquesta de elevadísima calidad y cantados por grandes glorias del merengue. Chaljub dice que la música del merengue típico “siempre ha sido las más discriminada, a pesar de la dulzura de su ritmo, de la riqueza de sus letras, de haber sido la música que ha acompañado al pueblo y ha contado la historia, durante más de siglo y medio, y de haber producido tantos artistas de la composición, la música y el canto como: Ñico Lora, Matoncito, Pedro Reynoso, Bartolo Alvarado, Tatico Henríquez y otros que ya nos dejaron y otros más que viven y están activos en estos tiempos. Recojamos esa tradición en una selección bien hecha de merengues típicos, bien representativos, y hagamos esa otra “Reservas”, en beneficio de la cada vez más disminuida memoria histórica de los dominicanos”. Rafael Chaljub Mejía Aunque no es músico, Rafael Chaljub Mejía es una figura esencial en la historia del merengue típico como investigador, historiador y promotor del género. Sus estudios y escritos han documentado la evolución del merengue típico, asegurando que las generaciones futuras comprendan y valoren este patrimonio cultural de la nación dominicana. No es posible