Umbral

23 de mayo de 2024

Petro acusa a Uribe de incitar a los militares a alzarse contra su Gobierno

Por Juan Diego Quesada La estampa de Gustavo Petro sentado en una mesa de caoba frente a Álvaro Uribe, hace casi dos años, hizo que muchos se frotaran los ojos. Enemigos declarados, llevaban más de 20 años faltándose el respeto, en lo personal y en lo político. Para cada uno, el otro representaba el demonio. Según los más creyentes, el hecho de que dos formas radicalmente opuestas de entender la vida y de entender Colombia se sentaran en la misma mesa y compartieran un café se debía al crucifijo colgado en la pared que estaba a sus espaldas. En efecto, parecía un milagro. En ese encuentro ―que luego fueron cuatro más― se llegó a un acuerdo. Petro, recién elegido, gobernaría con el centro, buscaría el pacto nacional político del que se lleva tantos años hablando en distintos gobiernos. Uribe, por su parte, ejercería una oposición responsable, moderada, sensata. El país necesitaba estabilidad, era necesario dársela. Los siguientes meses fueron de tregua, públicamente se respaldaron. Ahora, todo eso ha quedado enterrado y seguramente haya salido a flote el verdadero yo de ambos: la naturaleza del escorpión es la de hundir el aguijón en el adversario. Petro, que anda obsesionado con que sufre un golpe blando que le impide gobernar, escuchó a Uribe decir el martes en la Universidad de La Sabana que las Fuerzas Armadas debían actuar contra la guerrilla del Estado Mayor Central “quiera o no el presidente”. “Lo peor de las Fuerzas Armadas es quedarse quietas por la orden de un Gobierno”, añadió, y sacó a relucir que el ELN, el grupo armado en negociaciones con el Gobierno de Petro, apoya la idea de una Asamblea Constituyente, a la que también se ha sumado Iván Márquez, el jefe de la Segunda Marquetalia, otra disidencia de las FARC. Por descifrarlo, el mensaje de Uribe es que los proyectos del presidente vienen respaldado por la izquierda guerrillera. Petro no se quedó callado y en su cuenta de X, su canal de comunicación favorito, puso este miércoles un pantallazo de los artículos 467 y 468 del código penal: “Es delito incitar a derrocar al Gobierno y alzarse en armas contra el orden constitucional”. En el segundo párrafo de los artículos subrayó en negro la frase: “Incurrirá en prisión de cuatro meses a dos años”. Uribe intervino más tarde en un foro y dijo sentirse amenazado por el actual presidente por llamar a los militares a cumplir su deber, que según él no es otro que combatir al enemigo. Lo volvió a comparar con viejos caudillos latinoamericanos con los que Petro ha tratado de marcar distancia: “Esas amenazas de llevar la cárcel a la oposición, como ha hecho Chávez o como ha hecho Ortega (presidente de Nicaragua)”. Ese tono incendiario domina en este momento la política colombiana. En los chats de WhatsApp de políticos e intelectuales bogotanos predomina el verbo grueso, se exploran los límites del lenguaje hasta el punto de que uno puede pensar que se habla de un golpe de Estado. No existen las condiciones, ni la voluntad, para que algo así se dé. Es algo que se mueve más en el territorio de la especulación. Ese fantasma lo ha azuzado también Petro con discursos confusos y abiertos a la interpretación. Su propósito, dice ahora a menudo, es que sus reformas las haga “el pueblo”, sin que quede claro si eso significa seguir el cauce institucional. Los que ven en Petro a un autoritario utilizan esa ambigüedad para alertar de un peligro para la democracia y encender aún más el debate público. Petro escucha ese eco y responde, y así un día tras otro hasta que cae la noche y los colombianos se van a dormir. Los cercanos a Petro ―en lo ideológico, no necesariamente en lo personal― se han alineado en torno a él. “El @CeDemocratico (el partido de Uribe) ya está hablando hasta de guerra civil (…) haciendo que el mismo Ejército levante sus armas contra el Gobierno”, escribió en redes el presidente de la Cámara, David Racero. “Álvaro Uribe incitando a las Fuerzas Armadas a desobedecer al Presidente elegido democráticamente: El Otoño del Patriarca”, dijo Gustavo Bolívar, director del DPS, la entidad encargada de los subsidios. El mensaje es claro: el golpe ya no es tan blando, hay una llamada en marcha a la resurrección. Las cosas han vuelto a su sitio, Petro en un bando, Uribe en otro. El presidente quiere agitar su Gobierno, exprimirlo, conseguir esos cambios de raíz que tanto se le dificultan. Considera que en el Estado hay enquistada una tecnocracia que convierte el sistema en un buque casi imposible de virar. Uribe anda enfrascado en un proceso judicial que lo tiene a punto de sentarse en un banquillo en un caso sobre el que hay abundantes pruebas en su contra, pero quien pensase que iba a morir políticamente en silencio estaba equivocado. En cualquier caso la tregua entre ambos era contranatura. Ha sido cuestión de tiempo que las cosas vuelvan a ponerse en su sitio.

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La oportunidad histórica del presidente Abinader

SEGURIDAD SOCIAL PARA TODOS La experiencia mundial indica que, como norma general, las oportunidades de reformas sociales importantes se elevan durante un segundo y último período gubernamental. Por Arismendi Díaz Santana Presidente Luis Abinader, la Fundación Seguridad Social Para Todos (FSSPT) le felicita por su victoria en las recientes elecciones, abrigando la esperanza de que la renovación de su liderazgo y la reiteración de su compromiso frente al país, se traduzcan en los cambios prometidos para mejorar la calidad de vida de todos los dominicanos. En la actual coyuntura se conjugan cuatro factores que potencian su oportunidad de iniciar el desarrollo cualitativo del SDSS: El amplio apoyo a los cambios ofertados, mediante una votación del 58%, superando en 30 puntos porcentuales a su principal contendor Su reiteración del compromiso de ampliar las reformas necesarias para fortalecer el SDSS La concertación de una reforma fiscal integral, para aumentar las recaudaciones y elevar la calidad y el impacto social del gasto y la inversión pública Su reiteración pública del compromiso formal de no reelegirse nuevamente, en cumplimiento estricto del mandato constitucional. La experiencia mundial indica que, como norma general, las oportunidades de reformas sociales importantes se elevan durante un segundo y último período gubernamental. Ello así, porque los gobernantes con liderazgo real y visión de futuro se concentran en dejar un legado histórico trascendente, sin el temor a perder votos. En los países democráticos, una reforma fiscal integral implica un mayor sacrificio social que sólo se compensa con una garantía real de que los nuevos recursos serán destinados a atender las principales demandas de la población, tal y como usted ha prometido. En ese sentido, usted tiene la oportunidad de saldar una deuda social del país con más de 6 millones de afiliados al subsidiado, asignando los nuevos recursos públicos al SENASA para pagar a los hospitales las tarifas y honorarios según la cantidad de servicios prestados, tal y como dispone la Ley 87-01, y como el Estado cumple con el Régimen Contributivo. Con esta decisión, además de cumplir con la Ley y fortalecer la institucionalidad, se reduciría la notable diferencia entre la cápita contributiva y la subsidiada. En adición, se elevarían los salarios del personal de salud en función de su dedicación y desempeño, se elevaría la calidad y oportunidad de los servicios públicos y se reduciría sensiblemente el gasto familiar de bolsillo. Por su parte, la implantación de la estrategia de atención primaria a partir del primer nivel de atención como puerta de entrada a la red de servicios: 1) reduciría la mortalidad materno-infantil y elevaría los indicadores sanitarios; 2) prolongaría los años de vida saludables; 3) reduciría el gasto familiar de bolsillo; y 4) permitiría elevar las tarifas y honorarios de los médicos especialistas. Las naciones más ricas del mundo han establecido la obligatoriedad de la prescripción de los medicamentos por principio activo, porque son igualmente efectivos y cuestan hasta cinco veces menos. La reducción del costo de las medicinas es una demanda imperiosa porque consume, de manera injustificable, el 68% del gasto familiar de bolsillo. Presidente Abinader, estas reformas junto a otras incluidas en la Ley, y pendientes de ejecución, no sólo elevarían el impacto en la salud, individual y colectiva, sino, además reducirían en un 50% el gasto de bolsillo, elevando en más de un 90% el nivel de satisfacción de las familias dominicanas, especialmente de las más pobres y vulnerables. En cambio, la Ley 87-01 debe ser modificada para acelerar la capacidad de ahorro, inversión y acumulación para el retiro, con un doble objetivo: 1) garantizar una tasa general de reemplazo digna y sostenible para todos los afiliados que completen los años de cotización; y 2) garantizar a los trabajadores con aportes insuficientes una pensión básica, proporcional a los años de cotización. Además, cumplir con la ley, indexando anualmente las pensiones. Estas reformas no requieren grandes inversiones en infraestructura. Básicamente, se trata de un modelo más eficiente de asignación de los recursos disponibles y, sobre todo, de los nuevos recursos que usted ha prometido destinar gradualmente a la salud pública. Como empresario, usted sabe muy bien que no es racional seguir empleando más dinero de los contribuyentes, sin una garantía real de un retorno seguro. Presidente Abinader, usted tiene la brillante oportunidad de lograr estos grandes cambios durante su nuevo y auto proclamado último mandato, dejando un legado histórico sin precedentes a favor de las presentes y las futuras generaciones. Aprovechamos para desearles los mayores éxitos y para reiterarle nuestra disposición desinteresada de contribuir al logro de su legado histórico.

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