Por Julio Disla Ayer me adelante anunciando el cumpleaños 82 de Rafael Chaljub Mejía, militante y dirigente del movimiento revolucionario que ha tenido una vida fructífera y de muchas aportaciones para la revolución dominicana, que puede considerarse como un hijo ejemplar de la nación dominicana y la región. Rafael Chaljub Mejía ha sido un maestro para muchos que nos formamos en la política bajo su dirección y estimulo, porque siempre tuvo como norte la revolución dominicana, y que a ella se llega con el corazón y con el cerebro lo suficientemente lucido para poder realizar las distintas tareas que de ella se derivan. Ha sido un gran dirigente, de una actividad política y social intensísima e ininterrumpida a lo largo de más de medio siglo; pues se vinculó al movimiento revolucionario estando muy joven, a flor de piel diría yo, con una obra teórica polifacética, de pensamiento agudo que puso por completo al servicio del partido y la revolución dominicana. Ante tal personalidad del trabajo y del saber no es fácil encontrar las palabras adecuadas, desglosar los rasgos caracteriscos entre la infinita diversidad de sus destacadas cualidades y valores. Lo conocí siendo un principiante en la política, cuando entre por primera vez como aspirante a miembro en la escuela José Stalin que dirigía juntos a otros miembros del viejo Movimiento Popular Dominicano (MPD) en los años 1978,79. Por más de cuatro décadas he tenido el privilegio de tenerlo cerca, deobservar sus condiciones humanas, de leer sus producciones teóricas, desde aquel artículo que lo titulo: “El PartidoComunista es Monolítico como la Doctrina que le sirve de Bandera”. Este articulo fue la llave secreta que ha garantizado la unidad del Partido Comunista del Trabajo (PCT.) Desde el momento que lo conocí le he visto en diferentes estados de ánimo: alegre, y entusiasmado por cada victoria que se alcanzaba, enojado y severo ante cualquier debilidad e injusticia y, sobre todo, frente a cualquier enemigo y actividad hostil contra el partido y la revolución, sensible y solicito con la gente del pueblo y sus camaradas; indoblegable ante las dificultades; optimista y lucido en cualquier situación. Recuerdo que un día me presente a su casa con un artículo elaborado, ydespués de leerlo me recomendó que lo hiciera de nuevo; peroeliminando las tantas citas que incluía en él. Recuerdo todo esto con gran respeto y emoción; porque Rafael Chaljub Mejía ha sido para mí, además de dirigente y maestro, un gran camarada y amigo insustituible al que respeto y quiero mucho. He hablado con numerosos camaradas y amigos sobre el papel histórico de Rafael en el proceso revolucionario dominicano, de definir y valorar su lugar y su papel histórico en la gestación y desarrollo del Partido, su aporte teórico y político, los singulares valores morales y sociales de este camarada tan entrañable y querido en el Partido y en el pueblo. Considero una gran deuda con el camarada Chaljub, porque el contribuyó de manera significativa en mi propia formación política, yo no hubiera sido hoy lo que soy sino fuera por el interés del camarada en que nos preocupáramos por formarnosen manejar fundamentalmente los elementos esenciales de la teoría revolucionaria, conocer las leyes de la revolución y de la sociedad, así como del movimiento en su conjunto, exponer mis sentimientos y opiniones sobre él, quizás no de forma tan completa, pero siempre con respeto y cariño, con profunda gratitud. Naturalmente, no se trata aquí, ni mucho menos, de hacer una biografía de Rafael Chaljub Mejía, ni de sus memorias que incluyan todas las esferas de la actividad tan amplia y rica, sucontribución incomparable, sus cualidades y sus rasgos ejemplares, tan solo se tocan, tan solo se ponen de relieve en estas notas mías a propósito del cumpleaños 82 de Rafael. El propio lector, con sus impresiones, sus recuerdos y meditaciones, puede dar más vivacidad a esa imagen que se creara leyendo estas líneas.