Vista de dos de las principales avenidas del Distrito Nacional, la 27 de Febrero y la Máximo Gómez. En la República Dominicana, el riesgo país de la República comenzó a descender a partir del 2022.
Por Servicios Umbral.com.do
En un escenario global marcado por alta volatilidad, restricciones de liquidez en los mercados financieros, tasas de interés elevadas, una fuerte apreciación del dólar y crecientes tensiones comerciales, la República Dominicana se posiciona como el país con el indicador de riesgo país más bajo de América Latina, consolidándose como un destino de inversión seguro.
De acuerdo con el indicador de bonos de mercados emergentes (EMBI) de JP Morgan, el riesgo país de la República Dominicana se situó en 530 puntos básicos (pbs) en marzo de 2022, por encima del promedio regional de 460 pbs. Sin embargo, desde entonces, ambos índices han mostrado una mejora progresiva. Mientras que el EMBI de América Latina comenzó a percibirse como más riesgoso a partir de abril de 2024, alcanzando 410 pbs en febrero de 2025, el de la República Dominicana mejoró significativamente, llegando a 200 pbs en el mismo mes, su nivel histórico más bajo, según un análisis publicado por el Banco Central de la República Dominicana (BCRD).
El informe destaca que este resultado refleja el reconocimiento por parte de las firmas calificadoras y los inversionistas internacionales de los sólidos fundamentos macroeconómicos de la economía dominicana. «Esto la posiciona como menos riesgosa que muchos países de la región, incluso aquellos con grado de inversión», señala la nota técnica emitida por el BCRD.
Con 200 pbs, el riesgo país de la República Dominicana es inferior al de países como Colombia (316 pbs), México (301 pbs) y Panamá (277 pbs), todos ellos con grado de inversión otorgado por al menos una agencia calificadora.
Perspectiva positiva en la región
Además, la República Dominicana es el único país de la región de Centroamérica que cuenta con una perspectiva positiva en su calificación de riesgo, según la agencia Fitch Ratings. Este reconocimiento refuerza la confianza en la estabilidad y el potencial de crecimiento de la economía dominicana, destacándola como un referente en la atracción de inversiones en un contexto regional y global desafiante.
La combinación de un riesgo país histórico bajo y una perspectiva positiva consolida a la República Dominicana como un destino atractivo para los inversionistas internacionales, respaldado por políticas económicas sólidas y un entorno macroeconómico estable.