El alcalde de Dajabón visitó algunos de los lugares afectados por las lluvias.
Por Servicios Umbral.com.do
La tarde del domingo, la provincia de Valverde se vio sumergida en un torrente de agua que desbordó ríos y anegó comunidades enteras. Las intensas lluvias, consecuencia de una vaguada que afecta el territorio dominicano, dejaron decenas casas innundadas en los sectores como Yerba de Guinea, María Auxiliadora y La 300. La Defensa Civil, en un esfuerzo heroico, se movilizó rápidamente para rescatar a los afectados, brindando asistencia a quienes se encontraban atrapados en sus hogares.
Pedro Torres, director regional noroeste de la Defensa Civil, lideró un equipo de rescatistas que, a pesar de las adversas condiciones climáticas, logró poner a salvo a decenas de personas, incluyendo a adultos mayores y niños. “Hemos trabajado incansablemente para evacuar a las familias en riesgo y llevarlas a lugares seguros”, declaró Torres, mientras supervisaba las operaciones de rescate. Las imágenes de los rescatistas luchando contra la corriente y el barro, con la determinación de salvar vidas, se convirtieron en un símbolo de esperanza en medio de la tragedia.
Las lluvias no solo afectaron a Valverde. En Dajabón, la situación es igualmente alarmante. Decenas de casas quedaron inundadas, y el alcalde Santiago Riverón recorrió los sectores más afectados, como La Mara, Norte y Los Médicos, donde más de 20 viviendas fueron severamente impactadas. “Las familias han perdido todos sus ajuares”, lamentó el alcalde, haciendo un llamado urgente al presidente Luis Abinader para que se brinde ayuda a los perjudicados.
Manuela Cruz, una de las afectadas, compartió su desgarradora experiencia. “Todo lo que tenía se ha dañado. No sé qué haré ahora”, expresó con lágrimas en los ojos, mientras observaba el agua que había invadido su hogar. La angustia de los residentes se siente en el aire, un eco de desesperación que resuena en cada rincón de la ciudad.
El río Masacre, que atraviesa Dajabón, también ha hecho sentir su furia. Su desbordamiento arrastró consigo grandes árboles y escombros, transformando el paisaje en un caos natural. Las autoridades locales advierten sobre el peligro que representan las aguas caídas, lo que ha dificultado el acceso a algunas zonas afectadas, impidiendo que los equipos de rescate puedan realizar su labor con la rapidez deseada.
Mientras la Defensa Civil continúa monitoreando la situación, la población ha sido exhortada a mantenerse en lugares seguros y a colaborar con las autoridades. La comunidad, unida en la adversidad, se aferra a la esperanza de que la ayuda llegue pronto y que la recuperación sea posible.
Las inundaciones en Valverde y Dajabón son un recordatorio de la vulnerabilidad de las comunidades ante fenómenos naturales, pero también de la resiliencia y solidaridad que emergen en tiempos de crisis. A medida que los rescatistas trabajan incansablemente y las autoridades buscan soluciones, la esperanza de un futuro más seguro y estable se mantiene viva en el corazón de quienes enfrentan esta dura realidad.