Puerto Príncipe, 31 de octubre (EFE).- Haití vive una de sus etapas más sombrías, marcada por la violencia desmedida que, entre julio y septiembre de este año, dejó un saldo trágico de al menos 1,223 muertos y 522 heridos, según un reciente informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (Binuh). En un momento cuando la lucha contra las bandas criminales se intensifica, el documento revela un panorama desolador que afecta a toda la población, incluyendo a los más vulnerables: seis niños de apenas 10 años figuran entre las víctimas fatales.
El informe detalla que, además de los muertos, 170 personas fueron secuestradas en este periodo, un fenómeno que se ha vuelto habitual en el país. La mayoría de estos casos se concentran en el área metropolitana de Puerto Príncipe, que ha sido un epicentro de violencia, seguido por las regiones de Artibonite y Grand’Anse. La situación es alarmante, especialmente si se considera que durante el trimestre anterior, de abril a junio, se registraron al menos 945 muertes y 434 heridos.
Uno de los aspectos más preocupantes del informe es la persistencia de ejecuciones sumarias, que involucran a unidades especializadas de la Policía Nacional, generando un clima de desconfianza y temor entre la población. La Binuh también denuncia el incremento de actos de violencia sexual perpetrados por bandas contra mujeres y niñas, muchas de las cuales fueron atacadas mientras se trasladaban en transporte público. Algunas de estas víctimas no solo sufrieron violaciones, sino que, al final, fueron asesinadas tras los ataques.
La violencia impacta especialmente a los niños, con al menos 59 menores asesinados o heridos en el tercer trimestre del año. Muchos de ellos enfrentan el horror de la trata y el reclutamiento forzado por parte de las bandas, un ciclo de abuso y explotación que parece no tener fin.
Ante esta escalofriante realidad, la Binuh hace un llamado urgente a la comunidad internacional para que mantenga a Haití en su agenda prioritaria y acelere el despliegue completo de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad. La oficina de la ONU subraya la necesidad de que este despliegue se realice de acuerdo con las normas y estándares de derechos humanos, una condición esencial en medio de la crisis.
Además, la Binuh insta a los Estados de la región a intensificar las inspecciones de cargamentos que tengan como destino Haití, en consonancia con las Resoluciones 2653 (2022) y 2752 (2024) del Consejo de Seguridad de la ONU, que establecen un embargo de armas para intentar frenar la violencia.
Por último, se hace hincapié en la necesidad de que el Gobierno haitiano acelere la investigación de antecedentes de los miembros de la Policía Nacional y lleve ante la justicia a aquellos agentes implicados en graves violaciones a los derechos humanos. En un país que se encuentra al borde del colapso, la búsqueda de justicia y seguridad se vuelve más urgente que nunca.