Con un plan integral que involucra 22 instituciones, 2,700 albergues y una avanzada red de radares Doppler, el país se prepara para una temporada de huracanes que podría superar la actividad histórica, mientras el gobierno llama a la población a mantenerse informada y preventiva
Por Virtudes Álvarez Sampedro
Desde el primer suspiro de junio, cuando oficialmente comenzó la temporada ciclónica 2025, la República Dominicana se erige en una vigilia constante, consciente de la amenaza que representan las furiosas fuerzas de la naturaleza que se avecinan. El presidente Luis Abinader ha reiterado con firmeza que la nación está en estado de alerta y debidamente preparada para afrontar cualquier evento atmosférico que pueda desencadenarse durante estos meses decisivos que se extienden hasta finales de noviembre.
Los vaticinios de las agencias meteorológicas son claros y no dejan lugar a la complacencia: se pronostican entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales 6 a 10 podrían evolucionar en huracanes y hasta 5 alcanzarían la categoría de huracanes mayores, es decir, categoría 3 o superior. Las probabilidades de que esta temporada supere los promedios históricos alcanzan un 60%, lo que exige una vigilancia estrecha y una respuesta ágil.
En su acostumbrado encuentro dominical con los periodistas de LA Semanal, el mandatario insistió en la importancia de mantener una comunicación fluida y permanente entre el gobierno y la ciudadanía. “Estamos en alerta ante esta temporada ciclónica y estamos preparados. Lo importante es que se mantenga siempre en conocimiento y en comunicación con el gobierno. Esperamos que no pase ningún evento atmosférico, pero en caso de que pasen estamos preparados”, afirmó.
Parte fundamental de esta preparación es el robusto Plan Nacional de Contingencia para Huracanes, que articula la acción conjunta de 22 instituciones estatales encargadas de la respuesta ante emergencias. En este entramado estratégico, han sido identificados 2,700 albergues distribuidos por todo el territorio nacional, listos para brindar refugio seguro en momentos críticos.
A la infraestructura humana se suma una infraestructura tecnológica de punta. La instalación de una red nacional de radares Doppler marca un antes y un después en la capacidad meteorológica del país. Gloria Ceballos, directora del Instituto Dominicano de Meteorología (Indomet), destacó la trascendencia de contar con esta tecnología moderna y funcional, que permite un monitoreo ininterrumpido y de alta precisión sobre el territorio y las zonas marítimas circundantes.
Con tres radares estratégicamente ubicados en Punta Cana, Puerto Plata y el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA), las autoridades ahora tienen la posibilidad de emitir pronósticos de muy corto plazo con una exactitud sin precedentes. Esta avanzada tecnología es vital para anticipar fenómenos meteorológicos repentinos, como los experimentados en noviembre de 2022 y 2023, facilitando alertas tempranas y localizadas que pueden salvar vidas y reducir daños materiales.
Las áreas de mayor riesgo han sido claramente identificadas, incluyendo todas las provincias costeras, especialmente las del sur y algunas del norte, así como las regiones montañosas propensas a deslizamientos y derrumbes. Entre ellas destacan Espaillat, Valverde, Santiago Rodríguez, Santiago, San Juan, María Trinidad Sánchez, La Vega, Monseñor Nouel, San José de Ocoa, Peravia, Barahona y San Cristóbal.
El gobierno ha fortalecido también el fondo de calamidades y ha reforzado la coordinación interinstitucional para garantizar una respuesta rápida y eficaz. En medio de este escenario, la exhortación del presidente Abinader resuena con fuerza: mantenerse informados a través de los canales oficiales, como el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y el Indomet, y acatar las recomendaciones, con especial énfasis en la prevención y en la evacuación oportuna de las zonas vulnerables.
Entre los nombres que marcarán esta temporada se encuentran Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy, señales que acompañarán los vaivenes de un ciclo natural que el país encara con voluntad, preparación y esperanza.
Así, la República Dominicana se yergue firme ante el desafío, con la mirada puesta en el cielo y el corazón atento a la tierra, decidida a proteger a su gente y a enfrentar el poder indomable de la naturaleza con prudencia, ciencia y unidad.
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