Por Virtudes Álvarez Sampedro
Haina, San Cristóbal. — Con el peso del dolor nacional a cuestas, el presidente Luis Abinader encabezó este domingo el acto conmemorativo por las más de 226 víctimas fatales del colapso de la discoteca Jet Set, ocurrido en la madrugada del martes 8 de abril. La ceremonia, celebrada en el corazón de Haina -comunidad de origen de numerosas víctimas- reunió a familiares, autoridades y figuras públicas en un momento de recogimiento colectivo.
Un duelo con rostro humano
El mandatario llegó acompañado de la primera dama Raquel Arbaje y la vicepresidenta Raquel Peña al municipio donde 52 de los fallecidos tenían sus raíces, según datos oficiales. Entre lágrimas y abrazos, la comunidad de San Cristóbal, Haina y Yaguate se fundió en un mismo sentimiento de pérdida irreparable.
«Este es un dolor que nos atraviesa como nación», expresó el exbeisbolista David Ortiz, vecino emblemático de Haina, quien destacó la respuesta inmediata del gobierno: «Desde el primer momento, el presidente Abinader ha estado donde debe estar».
Fe y cultura como consuelo
El pastor Germán Joseph, de la iglesia pentecostal local, guió una oración por la resiliencia comunitaria: «Clamamos a Dios para que Haina se levante nuevamente, como lo ha hecho ante otras adversidades». El momento más emotivo llegó cuando Adonay Fabal interpretó fragmentos de los temas que inmortalizaron a Rubby Pérez –el merenguero que animaba la fatídica velada y quien también era hijo predilecto de esta tierra.
Presencia institucional
El acto contó con la presencia de:
– Pura Casilla, gobernadora de San Cristóbal
– Gustavo Salazar, senador provincial
– Roberto Ángel Salcedo, ministro de Cultura
– Osvaldo Rodríguez y Nelson de la Rosa, alcaldes de Bajos de Haina y San Cristóbal respectivamente
Seis días para recordar
El presidente Abinader decretó seis días de duelo nacional -hasta este domingo- durante los cuales las banderas ondearán a media asta. Mientras los equipos de rescate concluyen las labores en el lugar de la tragedia, el gobierno anunció que los familiares recibirán apoyo psicológico y logístico para los procesos funerarios.
En la memoria colectiva queda la imagen de un pueblo que, entre escombros físicos y emocionales, busca reconstruirse al compás de merengues que ahora suenan a elegía y de una fe que persiste entre lágrimas. La Jet Set ya es parte de la historia trágica dominicana, pero hoy Haina demostró que la solidaridad puede ser el mejor cimiento para renacer.
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Nota: Este reporte se elaboró con información de fuentes oficiales y testimonios recogidos in situ.
