Por Julio Guzmán Acosta
En un artículo reciente publicado en nuestro portal digital Umbral.com.do, Manuel Salazar, secretario general del Partido Comunista del Trabajo (PCT) de la República Dominicana, expresó una firme y contundente oposición a las intervenciones militares entre naciones. El líder político afirmó de manera categórica que «no hay intervención militar buena» y sostuvo que no existe ninguna razón que pueda justificar que un país intervenga militarmente en otro.
Salazar, quien dirige una organización con una larga trayectoria en la defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, argumentó que las intervenciones militares no solo no resuelven los conflictos, sino que, por el contrario, tienden a agravar las crisis y a generar consecuencias devastadoras para las poblaciones afectadas. «La historia ha demostrado una y otra vez que las intervenciones armadas solo dejan a su paso destrucción, caos y sufrimiento humano», señaló el dirigente.
Sus puntualizaciones se enmarcan en un contexto internacional marcado por crecientes tensiones geopolíticas y debates sobre la injerencia de potencias en los asuntos internos de otros Estados. En este sentido, Salazar hizo un llamado a la comunidad internacional para rechazar la militarización y optar por soluciones pacíficas y diplomáticas a los conflictos. «El diálogo y la negociación deben ser las herramientas fundamentales para resolver las disputas entre naciones», afirmó.
El secretario general del PCT también criticó lo que describió como «prácticas imperialistas» por parte de algunas potencias mundiales, que, según él, utilizan pretextos como la «protección de los derechos humanos» o la «lucha contra el terrorismo» para justificar sus intervenciones militares. «Estas acciones no son más que una fachada para imponer intereses económicos y políticos sobre países más débiles», denunció Salazar.
La postura del Partido Comunista del Trabajo, alineada con principios antiimperialistas y de no intervención, refleja su compromiso con un discurso político que promueve la paz, la justicia global y el respeto a la soberanía de los pueblos. Salazar subrayó que su organización continuará luchando contra cualquier forma de intervencionismo y militarización, y abogará por un mundo donde las naciones resuelvan sus diferencias a través del diálogo y la cooperación internacional.
Las reflexiones de Salazar no solo invitan a un análisis más profundo sobre el papel de las fuerzas militares en el escenario internacional, sino que también plantea preguntas urgentes sobre las implicaciones éticas y humanitarias de las intervenciones armadas. En un momento en que el mundo enfrenta múltiples crisis, desde conflictos bélicos hasta desplazamientos masivos de población, su mensaje resuena como un llamado a la cordura y a la búsqueda de alternativas pacíficas.
En conclusión, las palabras de Manuel Salazar representan un recordatorio contundente de que la paz no se construye con armas, sino con diálogo, respeto mutuo y cooperación entre las naciones. Su postura, aunque polémica para algunos, es un reflejo de una visión política que prioriza la dignidad humana y la justicia sobre los intereses geopolíticos y económicos.