PRM, PLD y FP enfrentan tensiones internas y pugnas estratégicas mientras se acercan las elecciones de 2028
Por Alejandro Facundo G.
La carrera por la candidatura presidencial de 2028 ha encendido la llama de la disputa en los tres principales partidos políticos dominicanos, generando tensiones y contradicciones que reflejan la complejidad interna de sus estructuras y las expectativas de poder que se disputan. A medida que los plazos se acercan, el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), el histórico Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la oposición principal, la Fuerza del Pueblo (FP), se encuentran en un escenario donde alianzas, rechazos y estrategias se entrecruzan de manera vertiginosa.
En el PRM, la contienda por la candidatura presidencial ha cobrado un vigor inusitado, con al menos ocho figuras identificadas como precandidatas. El ministro de Turismo, David Collado, lidera las preferencias en las encuestas internas, pero su ascenso ha generado la conformación de un frente opositor entre otros aspirantes como Raquel Peña, Carolina Mejía y Yayo Sanz Lovatón, quienes buscan evitar que Collado se imponga sin resistencia. La pugna se extiende más allá de las redes sociales, donde se vislumbran tensiones y movimientos a favor y en contra, mientras los dirigentes también posicionan sus influencias para cargos internos y legislativos, previos a la renovación que el partido tiene en agenda para el próximo año. En este contexto, el presidente Luis Abinader juega un papel central como garante de la unidad partidaria, sin manifestar respaldo explícito a ningún aspirante.

Mientras tanto, el PLD enfrenta una profunda división que ha trascendido incluso a los tribunales. La decisión de adelantar la elección interna para marzo de 2026 ha desatado un choque frontal entre sectores que respaldan esta medida, liderados por Francisco Javier García y contando con el apoyo de Danilo Medina, y aquellos que se oponen, encabezados por Abel Martínez y respaldados por figuras como Margarita Cedeño y Francisco Domínguez Brito. Esta controversia provocó la suspensión de la reunión del Comité Central prevista para el 8 de junio, evidenciando la fractura interna y la incertidumbre sobre la estrategia electoral que pretende revitalizar la organización.
Por su parte, la Fuerza del Pueblo, principal partido de oposición, exhibe un escenario singular donde la candidatura presidencial parece definida con Leonel Fernández, líder y presidente del partido, pero a la vez enfrenta promociones paralelas a favor de su hijo, el senador Omar Fernández. Aunque este último se mantiene en un discurso que prioriza el proyecto de su padre por encima de sus aspiraciones personales, el respaldo público a Omar por parte de diputados como Rafelín Pérez ha generado tensiones palpables. La vieja guardia del partido, representada por figuras como Joaquín Gerónimo, Radhamés Jiménez y Roberto Rosario, ha cerrado filas en defensa de Leonel Fernández, advirtiendo sobre campañas internas que podrían minar la unidad y recalcando la necesidad de no replicar viejos errores que condujeron a fracturas en partidos anteriores.
A pesar de la vigencia de la Ley 33/18 y las advertencias de la Junta Central Electoral (JCE) contra campañas prematuras, la precampaña para 2028 parece irrestricta, con dirigentes del PRM cuidando sus movimientos dado que ocupan cargos públicos y han prometido renunciar cuando se oficialicen los procesos internos. En el caso de Carolina Mejía y Raquel Peña, que ostentan cargos de elección popular, la renuncia no es una opción viable, lo que añade complejidad a sus aspiraciones.

En suma, el panorama político dominicano se encuentra en un momento de efervescencia donde las candidaturas son más que nombres: son símbolos de luchas internas, visiones sobre el futuro y estrategias para conquistar el poder. La dinámica que se desarrolle en los próximos meses definirá no solo las figuras que encabezarán las boletas, sino también el rumbo que tomarán las fuerzas políticas en su búsqueda por consolidar o recuperar el favor popular.
*“Leonel Fernández no es un producto. No es una marca, él es un fenómeno inédito caracterizado por otros valores. Él no es una postal…”,* reflexiona Manolo Pichardo, mientras Víctor Fadul, del PLD, reafirma: *“Reiteremos nuestro firme respaldo y confianza en el proceso democrático y participativo que está llevando nuestro partido.”*
Así, con las pasiones encendidas y los intereses en juego, la política dominicana se prepara para otro capítulo decisivo que definirá la senda hacia 2028.

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