Cade Cunningham y Tobias Harris, de los Pistons, chocan las manos al final del segundo juego de la serie de primera ronda de los playoffs frente a los Knicks.AP
Por Ángel F. Guzmán
Detroit — En una noche histórica para los Pistons de Detroit, el equipo rompió una prolongada sequía de triunfos en la postemporada de la NBA al vencer 100-94 a los Knicks de Nueva York, logrando así su primera victoria en playoffs desde 2008 y cortando una racha negativa de 15 derrotas consecutivas en esta instancia.
La victoria del lunes por la noche en el segundo juego de la serie fue impulsada por una brillante actuación de Cade Cunningham, quien anotó 33 puntos y capturó 12 rebotes, demostrando su liderazgo y compromiso no solo consigo mismo, sino con toda la afición de Detroit que ha esperado 17 años para volver a ver una victoria de su equipo en la postemporada.
“Es una gran sensación. Se siente bien representar a la ciudad como lo hicimos esta noche”, expresó Cunningham tras el partido. “Es algo que la ciudad ha estado esperando durante mucho tiempo, así que nos sentimos bien al respecto y estamos listos para volver a casa y actuar frente a ellos”.
Los Pistons, que no habían participado en playoffs desde 2019, mostraron resiliencia y determinación para superar a los Knicks, que llegaron a empatar el encuentro tras remontar un déficit de 15 puntos. Sin embargo, una canasta decisiva de Dennis Schroder, quien anotó un triple a 55 segundos del final para romper el empate, fue clave para asegurar el triunfo. Schroder, quien se unió a Detroit en febrero a través de un intercambio, terminó con 20 puntos desde la banca y se convirtió en una pieza fundamental en la ofensiva del equipo.
Esta victoria es aún más significativa si se considera el dramático cambio que experimentaron los Pistons durante la temporada regular. Después de un desastroso 2023-24 con apenas 14 victorias y una racha negativa de 28 derrotas —la más larga en una sola campaña para la franquicia—, Detroit logró una sorprendente remontada para finalizar con récord de 44-38, una de las mayores transformaciones en la historia reciente de la NBA.
En el primer partido de la serie, los Pistons tuvieron una ventaja de ocho puntos al finalizar el tercer cuarto, pero los Knicks aprovecharon un parcial de 21-0 en el último período para llevarse la victoria 123-112. El lunes, Detroit repitió el patrón de construir una ventaja similar después de tres cuartos y esta vez mantuvo la concentración para resistir el empuje final de Nueva York.
El entrenador J.B. Bickerstaff destacó la mentalidad de su equipo para mantenerse enfocado en el presente y ejecutar las jugadas necesarias para ganar. “Tenemos cosas más grandes por las que estamos aquí”, señaló. “Nuestro enfoque, y por eso nuestros muchachos han podido crecer y ser consistentes, es pensar solo en el ahora. Creo que hicieron un gran trabajo esta noche al mantenerse en el momento y hacer lo que necesitábamos hacer”.
Por su parte, Jalen Brunson fue el máximo anotador de los Knicks con 37 puntos, pero la producción ofensiva de Karl-Anthony Towns y OG Anunoby, quienes anotaron 23 puntos cada uno en el primer juego, disminuyó considerablemente con solo 10 unidades cada uno en esta ocasión.
Brunson reconoció la necesidad de que su equipo reaccione para mantener vivas sus esperanzas en la serie. “Y ahora depende de nosotros responder”, afirmó.
La actuación de Cunningham fue especialmente destacada tras una discreta primera presentación en la serie, donde encestó apenas 8 de 21 tiros. En este segundo encuentro, el guardia All-Star mostró su capacidad para penetrar la defensa neoyorquina, forzando faltas y dominando la pintura, lo que se reflejó en un desbalance evidenciado por los 14 tiros libres que lanzaron los Pistons frente a solo dos de los Knicks durante la primera mitad, que culminó con un marcador favorable de 55-49 para Detroit.
Con este triunfo, la serie queda igualada y los Pistons regresan a territorio local con la ilusión renovada y el objetivo claro: no solo ganar un juego, sino conquistar la serie y devolverle la esperanza a una afición que ha esperado casi dos décadas para celebrar una victoria significativa en la postemporada.
