Umbral

Marcha del 27 de abril: una prueba de dignidad y firmeza democrática

En las últimas semanas, las organizaciones de izquierda del país, junto a decenas de movimientos sociales, han convocado una gran marcha para conmemorar el 60 aniversario de la revolución de abril de 1965, con la autorización del Ministerio de Interior. Esta movilización recorrerá varias calles de la capital y concluirá en el Parque Independencia, frente a la estatua del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, un líder indiscutible de la Revolución de Abril de 1965 y símbolo eterno de la defensa de la democracia y la soberanía nacional.

Este acto de protesta y memoria es más que una simple manifestación: es la expresión viva del pueblo que no olvida su historia de lucha y que reclama justicia, igualdad y respeto a los derechos fundamentales. Caamaño Deño, su ejemplo y su legado nos recuerdan que la defensa de los mejores intereses nacionales requiere compromiso, valentía y coherencia.

En este contexto, es imposible pasar por alto la amenaza que representa la denominada Antigua Orden Dominicana, un grupo que irrumpió en el escenario político hace un par de años con un discurso de odio y un patriotismo simplón, carente de auténtica tradición democrática y sin un real compromiso con la defensa de los intereses populares.

Su retórica ha calado en sectores sin tradición de lucha, utilizando el tema haitiano como bandera para promover división y exclusión. Aunque si se acogieran al marco constitucional no habría objeción, su práctica paramilitar y autoritaria es motivo de gran preocupación. Son ellos quienes deciden quién marcha y quién no, han estado provocando desde hace años, boicoteando la puesta en circulación de libros, impidiendo marchas autorizadas, agrediendo a quienes no comparten sus ideas y pretendiendo erigirse como sustitutos de las autoridades competentes.

Amplios sectores de la vida nacional, con una larga trayectoria en la lucha por la democracia, han advertido al gobierno sobre la peligrosa deriva que esta banda fascista viene recorriendo. La inacción oficial frente a estos hechos solo ha servido para envalentonar a estos grupos que actúan con impunidad, poniendo en riesgo la paz social y el orden democrático.

El próximo domingo 27 de abril puede ser una jornada decisiva: puede haber una desgracia si no se toman medidas serias y contundentes. Pero debemos tener claro que los hombres y mujeres de izquierda no nos dejaremos amedrentar. Ni Trujillo ni Balaguer pudieron doblegar la voluntad de lucha de este pueblo, mucho menos unos carajos envalentonados que actúan al margen de la ley y del respeto.

Por eso, hago un llamado a todos los sectores democráticos, progresistas y a la ciudadanía en general a que participen sin miedo en la marcha del 27 de abril. Que la movilización sea multitudinaria y firme, una demostración de que el pueblo dominicano no se rinde ni se arrodilla ante amenazas o provocaciones.

Exigimos al gobierno que actúe con responsabilidad y firmeza para garantizar el orden público y la seguridad de los manifestantes. La tolerancia ante la impunidad solo fortalece a quienes buscan desestabilizar la convivencia pacífica.

Si el gobierno no cumple con su deber, esa banda de forajidos sabrá que aquí hay un pueblo con los pantalones bien puestos, dispuesto a defender la democracia y la justicia social con todas sus fuerzas.


Julio Guzmán Acosta
Es director de Umbral
Abril 2025

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