Por Roberto Rosado Fernández
Escribo estas notas para agradecer al Consejo del Recinto UASD San Juan de la Maguana la resolución que designa el aula de Historia y Geografía con mi nombre. Es un reconocimiento que agradezco sobremanera junto a mi familia y de los alumnos a los cuales he orientado desde el semestre uno del año 1997 en esa alta casa de estudios superiores.
Es un largo trayecto recorrido en el cual, antes de la inauguración de las edificaciones donde hoy estamos, impartí docencia en la Logia, Liceo Secundario Pedro Henríquez Ureña, Escuelas Primarias Mercedes Consuelo Matos , Francisco del Rosario Sánchez, Sector Sureste, Juan de Herrera, Colegio bilingüe La Nueva Esperanza, Centro Cristiano de Educación Integral, entre otros, siempre cumpliendo con el propósito de contribuir, desde las ciencias sociales y las aulas, a formar los profesionales que la región necesita para su desarrollo.

La iniciativa del Doctor Carlos Manuel Sánchez De Oleo, Director General del Recinto y, aprobada a unanimidad por el Consejo Académico, es un reconocimiento a la labor, no solo mía, sino de los maestros Alfonsina de la Rosa Vidal, Elvira Corporan de los Santos, Jorge Sencion Luciano, José Emigdio Ramírez, José De Oleo y Rubén Zabala Moreta, que llena de satisfacción y me compromete a seguir aportando para el desarrollo de una educación de calidad para formar profesionales de calidad como lo necesita la región.
En el ejercicio de la docencia, a todos los niveles y modalidades, inicial, básica, secundaria, de grado y postgrado he sido parte, desde 1973, de la formación de generaciones que hoy comparten escenarios conmigo, ya sea como docentes o en los espacios propios de las actividades académicas en los postgrados que se imparten sistemáticamente en el Recinto UASD San Juan de la Maguana.
Llena de satisfacción y orgullo cuando estudiantes se acercan para agradecer por haber servido de guía para perder el miedo escénico que le impedía expresar ideas en público, Usted me enseñó a perderlo; normalmente respondo ‘sólo le dije como hacerlo, usted aprendió’.
El aula para mí es un escenario de orientación y formación a los adolescentes acerca de los peligros que amenaza a la juventud en la sociedad de hoy. Del compromiso que asumen al elegir una determinada profesión. Trato de conducirlos para que elijan la profesión que más se ajuste a su personalidad. Les oriento, aprovechando la facilidad que ofrecen las ciencias sociales, para que se apropien de principios éticos y morales desde ahora de modo que, cuando le corresponda ejercer la carrera que decidió estudiar estén claros y convencidos del rol que deben jugar al momento de desempeñarla.
Asumo el compromiso de seguir educando en valores; de seguir contribuyendo a la formación de un profesional critico, analítico y solidario que sea capaz de sentir la problemática social de su país e involucrarse en la solución de los problemas de su cotidianidad.
Asumo la distinción con la misma humildad que me ha caracterizado desde que inicie el ejercicio docente en octubre de 1973, en la comunidad de Las Zanjas y como he recibido cada reconocimiento que se ha hecho a lo largo de mi dilatada carrera de más de cincuenta años orientando a niños, jóvenes y adultos para que hagan una vida con ética y moral, que ejerzan una profesión con ética y moral, que sean mejores ciudadanos y, sobre todo sean, puntuales y responsables.