Por Julio Guzmán Acosta
La gala del Balón de Oro 2024 era esperada con mucho entusiasmo y con gran expectación, especialmente para el Real Madrid y sus aficionados, que esperaban ver a Vinicius Jr. alzando el prestigioso trofeo. Sin embargo, la realidad fue otra; el joven brasileño quedó en segunda posición, y la reacción del club y su presidente, Florentino Pérez, ha suscitado un amplio debate. La pataleta soberbia exhibida por el mandatario blanco no tiene una justificación razonable, y es fundamental analizar las razones detrás de esta decepción.
En primer lugar, es crucial entender que el Balón de Oro es un premio que se otorga en función del rendimiento a lo largo de una temporada completa. Si bien Vinicius Jr. ha mostrado destellos de brillantez en la Liga y la Champions League, su actuación en la Copa América 2023 fue, a todas luces, decepcionante. En un torneo de tal magnitud, donde se espera que los mejores jugadores brillen, su falta de impacto resultó ser un factor determinante en la votación. Ignorar este aspecto y centrar la crítica únicamente en el resultado del Balón de Oro es una falta de autocrítica que el Real Madrid no debería permitir.
Además, la actitud de Vinicius en el campo ha sido objeto de críticas en varias ocasiones. Su estilo de juego, a menudo provocador y desafiante, puede haberle pasado factura en la percepción de los votantes. La habilidad para regatear y crear oportunidades es innegable, pero también lo es la necesidad de mostrar humildad y respeto hacia los rivales y los aficionados contrarios. Un jugador que se enfrenta a los seguidores rivales y provoca a sus oponentes tiene que ser consciente de que su comportamiento no siempre es bien visto, y eso puede influir en su reputación tanto dentro como fuera del terreno de juego.
La reacción de Pérez y otros dirigentes del Real Madrid parece indicar que no han comprendido estas dinámicas. En lugar de aceptar la decisión del jurado y reflexionar sobre las áreas en las que Vinicius puede mejorar, se optó por una respuesta indignada que solo alimenta la narrativa de que el club está por encima de cualquier crítica. Este tipo de actitud puede resultar contraproducente, ya que desconecta al club de la realidad y de las expectativas del fútbol actual, donde la humildad y el Juego limpio son tan importantes como el talento.
Alfredo Relaño, que es de los periodistas que forman parte de selecto grupo que tienen derecho al voto para esa elección, ha señalado acertadamente que no hay forma de hacer trampa en el Balón de Oro. Este galardón es el resultado de una evaluación objetiva del rendimiento de los jugadores en el último año, y en este caso, la realidad es que Vinicius no pudo sostener un nivel sobresaliente en todos los frentes. Tomar como excusa una supuesta injusticia o una persecución de la UEFA contra el Real Madrid en la elección del galardón solo sirve para desviar la atención de lo que realmente importa: el desarrollo y crecimiento personal y profesional del jugador.
En resumen, la reacción del Real Madrid ante la no obtención del Balón de Oro por parte de Vinicius Jr. es un reflejo de la soberbia que a veces caracteriza a ese club. Es fundamental que tanto el equipo como el jugador reconozcan las áreas en las que deben mejorar y entiendan que, en el deporte, la humildad y el respeto son tan importantes como el talento. Solo así podrán construir un futuro donde los logros individuales y colectivos sean el resultado de un esfuerzo genuino y no de una mera expectativa inflada por la historia y el prestigio de un gran club como el Real Madrid.