La inmersiva de Van Gogh, es la segunda de este tipo que llega a la República Dominicana y se podrá ver hasta el 5 de junio en Santo Domingo.
AGENCIA EFE
La exposición inmersiva de Van Gogh en Santo Domingo representa un hito cultural significativo para la República Dominicana, marcando un avance en la diversificación de las ofertas culturales más allá de las tradicionales centradas en la cultura latina y proyectos locales.
La llegada de esta muestra, la segunda de su tipo en el país no solo cumple con las altas expectativas de los dominicanos, sino que también introduce una nueva dimensión de apreciación artística a través de la tecnología y la narrativa visual.
La exposición ofrece una experiencia única que permite a los visitantes sumergirse en la vida y obra de Van Gogh, presentando réplicas de sus obras más famosas y proporcionando un contexto educativo que enriquece la experiencia.
La estructura de la exposición, dividida en dos partes, facilita primero el conocimiento cronológico de la obra del artista y luego una inmersión profunda en su vida y motivaciones creativas, lo que demuestra un enfoque cuidadosamente curado para la presentación del arte.
“Es la mejor muestra cultural que he visto en el país hasta ahora».
Esta es la conclusión a la que llega la mayoría de los asistentes después de recorrer la exposición de arte inmersiva de Van Gogh, la segunda de este tipo que llega a la República Dominicana y que se podrá ver hasta el 5 de junio en Santo Domingo.
Aunque las experiencias de arte inmersiva son múltiples alrededor del mundo y han cobrado gran relevancia, para República Dominicana esta muestra supone una pequeña “revolución”, también porque hasta la fecha la mayoría de las actividades se centraban más en la cultura latina y en proyectos locales.
“Las cosas que traían hasta ahora no eran tan internacionales, llegaban a muchos países, pero nunca aquí, entonces esto es un avance”, dijo este viernes a EFE Gabriel Paredes, quien, explicó, compró las entradas “desde que lo anunciaron porque veíamos en las fotos lo que hacían en otros países y estuvimos pendientes».
Las altas expectativas que había generado esta exposición entre los dominicanos se cumplieron desde la apertura del recinto en la Plaza de la Cultura de Santo Domingo, donde los primeros asistentes se sumergieron en la vida de uno de los pintores más importantes de la historia.
Organizados en grupos de 100 personas que entraban ininterrumpidamente con un guía de la organización cada media hora, la primera parte de la exposición consta de réplicas de las obras más destacadas del artista neerlandés ordenadas cronológicamente y con actividades para los más jóvenes, entre ellas ‘Girasoles’ o ‘Noche estrellada’.
En la segunda parte, la más visual, se produce la inmersión en la vida del pintor y la explicación del porqué de sus obras, en un recinto en el que tanto en las paredes como en el suelo aparecen sus emblemáticos trabajos, una historia que rápidamente capta el interés de los visitantes, quienes no se levantan de sus asientos hasta que se da por finalizada.
Van Gogh impresiona a Santo Domingo “Ya había visto otras inmersiones en Colombia y esta ha sido la mejor que he visto porque ha sido muy íntima y eso me ha gustado”, afirmó satisfecho a EFE Alexander Rodríguez, otro de los asistentes.
Desde la entrada al recinto, gran parte del público desenfunda sus celulares y empieza a inmortalizar un momento cultural nunca vivido en el país, puesto que la primera exposición de arte inmersiva que hubo en 2022, llevada a cabo por el artista dominicano Iván Tovar, no llegó a tener este calibre.
“Esta exposición supone muchísimo para el país, los jóvenes de ahora están interesados en muchas cosas menos en el tema del arte y la cultura”, declaró a EFE Seleny Trujillo, una de las organizadoras que hizo posible este proyecto.
Trujillo destacó que Santo Domingo mostró un gran interés en la muestra y que el recibimiento ha sido impresionante, con todas las entradas vendidas hasta la primera semana de mayo, en dos meses para los que espera “aproximadamente 60.000 personas».
La respuesta entusiasta del público refleja el impacto emocional y cultural que tales eventos pueden tener, y cómo pueden servir como catalizadores para una mayor apreciación de las artes internacionales en la República Dominicana.