Danilo Medina mientras se dirigía a los asistentes a la asamblea de la corriente magisterial Eugenio Maria de Hostos de corte peledeista en la ADP.
Por Servicios Umbral.com.do
En un ambiente cargado de expectativas y tensiones, el expresidente Danilo Medina se presentó ante miles de maestros en la asamblea de la corriente magisterial Eugenio María de Hostos, un evento que marcó su regreso a la escena política tras su reciente elección como presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por un nuevo período. En su discurso, Medina no solo celebró el triunfo de Eduardo Hidalgo en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), sino que también lanzó un mensaje claro sobre la necesidad de que el PLD se alinee con las demandas de la sociedad dominicana.
Medina, quien ha sido una figura central en la política dominicana durante más de dos décadas, enfatizó que los maestros “sabían que lo que iban a conseguir con Eduardo Hidalgo estaba muy por encima de una maldita dádiva de las que se dieron en los procesos electorales”. Esta declaración resonó en un contexto donde la ciudadanía ha manifestado su descontento con las prácticas políticas tradicionales, que a menudo se perciben como clientelistas y desconectadas de las verdaderas necesidades del pueblo.
El expresidente, quien ha sido criticado por su estilo de liderazgo y por la falta de cambios significativos durante su gestión, reconoció que para que el PLD recupere la confianza de la gente, debe demostrar que interpreta sus anhelos de redención y transformación. “La gente tiene que sentir que el partido morado está a su lado”, afirmó, subrayando la urgencia de un cambio de enfoque en la política del partido.
En su intervención, Medina recordó sus promesas durante su mandato, como la entrega del 4 % del PIB para educación y el aumento salarial de los maestros, que pasaron de ganar 30,000 a 55,000 pesos. Sin embargo, a pesar de estos logros, muchos en la sociedad dominicana se preguntan si estas acciones son suficientes para abordar los problemas estructurales que enfrenta el país. La educación, aunque fundamental, no es el único desafío que requiere atención; la corrupción, la inseguridad y la falta de oportunidades son temas que también demandan respuestas contundentes.
El expresidente hizo hincapié en que “no hay un milagro que se haya hecho en el mundo, de un país que se desarrolle sin educación”, un argumento que, aunque válido, ha sido utilizado en múltiples ocasiones sin que se traduzca en una mejora palpable en la calidad educativa del país. La retórica de Medina, aunque poderosa, se enfrenta a la realidad de un electorado que ha comenzado a exigir más que promesas: quiere resultados concretos y un cambio en la forma de hacer política.
La asamblea, que reunió a figuras destacadas del PLD y de la ADP, fue un claro intento de Medina por reafirmar su liderazgo y su conexión con el sector educativo. Sin embargo, la pregunta que persiste es si esta estrategia será suficiente para revitalizar un partido que ha visto disminuir su popularidad en los últimos años. La elección de Medina como presidente del PLD por otros cuatro años más puede ser vista como un intento de continuidad, pero también como una falta de renovación que muchos sectores de la sociedad dominicana consideran necesaria.
Eduardo Hidalgo, quien obtuvo un 63 % de los votos en la ADP, fue presentado como un aliado clave en esta nueva etapa. Medina lo elogió por su compromiso con el magisterio y su capacidad para representar los intereses de los maestros. Sin embargo, la relación entre el PLD y los educadores no debe limitarse a una alianza estratégica; debe ser un compromiso genuino por mejorar las condiciones del sistema educativo en su conjunto.
El desafío que enfrenta el PLD es monumental. La sociedad dominicana ha cambiado, y sus expectativas han crecido. La elección de Danilo Medina al frente del partido no puede ser vista como un simple retorno al poder, sino como una oportunidad para que el PLD se reinvente y se adapte a las demandas de un electorado que busca un cambio real. La pregunta que queda en el aire es si el partido está dispuesto a escuchar y actuar en consecuencia, o si continuará aferrándose a las viejas prácticas que han llevado a la desilusión y el desencanto.
En conclusión, la asamblea de la corriente magisterial Eugenio María de Hostos fue un reflejo de la lucha interna del PLD por encontrar su camino en un contexto político cambiante. Danilo Medina, con su reelección, tiene la oportunidad de liderar un proceso de transformación, pero para ello deberá ir más allá de las palabras y demostrar con acciones que el partido está comprometido con el bienestar de la sociedad dominicana. La educación es solo el comienzo; el verdadero reto será construir un futuro donde todos los dominicanos sientan que sus voces son escuchadas y sus necesidades atendidas.