Por Theo N. Guzmán
Ángel Ramón De Jesús Martínez Jiménez, conocido en el ámbito público como “Detective Ángel Martínez”, enfrenta un grave cuestionamiento que sacude su imagen y pone en tela de juicio su legitimidad como investigador. Documentos oficiales del condado de Miami-Dade, Florida, revelan que Martínez carece de licencia oficial como detective privado en Estados Unidos y posee un historial penal marcado por delitos de fraude y hurto mayor.
El 16 de agosto de 2013, fue arrestado por hurto mayor en tercer grado, tras denuncias de familiares de víctimas y personas privadas de libertad, a quienes habría prometido apoyo legal y servicios investigativos a cambio de dinero, sin cumplir con lo ofrecido y desapareciendo luego de recibir los pagos.
En República Dominicana, las autoridades han desmantelado la fachada que Martínez construyó como analista político e investigador digital, señalándolo como el epicentro de una red de extorsión digital y chantaje mediático. El Ministerio Público mantiene abiertos procesos judiciales por delitos tecnológicos, difamación agravada, asociación de malhechores y lavado de activos, basados en múltiples querellas.
Su actividad en plataformas digitales como YouTube, donde monetizaba el descrédito de figuras públicas, ha sido objeto de una investigación financiera de alcance internacional. Actualmente, Martínez enfrenta órdenes de captura en diversas jurisdicciones y se encuentra bajo la lupa de la justicia por presuntos delitos transnacionales.
Estas revelaciones desmontan la imagen que por años proyectó y abren un nuevo capítulo en la búsqueda de justicia frente a prácticas fraudulentas y criminales que trascendieron fronteras.
