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El escenario político de Estados Unidos ha dado un giro inesperado con la renuncia del presidente Joe Biden a la reelección, siendo sustituido por la vicepresidenta Kamala Harris como la candidata del Partido Demócrata para las elecciones presidenciales.
Este cambio ha revitalizado a la base demócrata, inyectando un renovado entusiasmo en la campaña, mientras que la posible candidatura de Donald Trump por el Partido Republicano mantiene en vilo al país.
La campaña presidencial de 2024 está marcada por la movilización de sectores que antes se mantenían imparciales, como la comunidad latina, que representa un bloque de votantes cada vez más influyente. Un hito significativo en esta movilización es el reciente respaldo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) al tándem Harris-Walz, marcando la primera vez en la historia que esta organización hispana apoya oficialmente una candidatura presidencial.
Domingo García, presidente del brazo político de LULAC, expresó en un comunicado su confianza en que Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, abordarán los problemas reales que afectan a las comunidades latinas en el país. LULAC se une así a otras organizaciones latinas como UnidosUS, Voto Latino y Latino Victory Fund, que ya han manifestado su apoyo al ticket demócrata.
La misión de estas organizaciones es clara: movilizar a los votantes latinos, un grupo que suma 36,2 millones de personas con derecho a voto, el segundo grupo más grande en el país. Este esfuerzo se concentrará en los llamados Estados bisagra, donde la contienda entre Harris y Trump se perfila como decisiva.
La campaña de Harris-Walz ha comenzado a dirigirse directamente a los votantes latinos con anuncios en español, destacando la afinidad de Harris con los migrantes, dada su historia familiar. Este enfoque busca contrarrestar la narrativa de Trump, quien ha mantenido una postura dura contra los migrantes, prometiendo la mayor deportación de la historia en caso de ser reelegido.
Sin embargo, la popularidad de Trump ha crecido entre algunos sectores de la comunidad latina, que valoran su retórica firme y crítica hacia las políticas migratorias de Biden. Según una reciente encuesta de Ipsos, la decisión de Biden de ceder el paso a Harris ha equilibrado la competencia en los Estados clave, con ambos candidatos ahora en empate técnico.
A pesar de la preocupación por temas como la inflación y la inmigración, donde Trump parece tener ventaja, Harris es preferida por los votantes en temas de sanidad. Además, la intención de voto ha aumentado significativamente, reflejando un creciente interés en las elecciones. Este contexto electoral pone de relieve la importancia crucial del voto latino, cuyo poder podría ser determinante en la elección del próximo presidente de Estados Unidos. Con la comunidad latina movilizándose como nunca antes, la contienda entre Harris y Trump se presenta como una de las más reñidas y significativas en la historia reciente del país.