• Con la victoria en Wisconsin Trump alcanzó los 270 votos electorales que le devuelve a la Casa Blanca
Por Julio Guzmán Acosta
Washington D.C. – En una situación que muchos dudaban por lo errático de su discurso, Donald Trump fue elegido como el 47mo presidente de Estados Unidos este miércoles, marcando un regreso polémico para el expresidente que había dejado el cargo en medio de controversias y un asalto violento al Capitolio en 2021. Con su victoria en Wisconsin, Trump logró los 270 votos electorales necesarios para asumir nuevamente la presidencia, desafiando las expectativas de muchos analistas políticos.
La campaña de Trump se caracterizó por un enfoque agresivo y polarizador, donde atacó a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, con un lenguaje que muchos consideraron misógino y racista. Presentó una narrativa apocalíptica sobre un país invadido supuestamente por migrantes violentos, mensaje dirigido especialmente a votantes hombres en un contexto de creciente descontento social. En su discurso de victoria, Trump afirmó haber obtenido “un mandato poderoso y sin precedentes”.
Este triunfo se produce en un medio de una electoral tumultuosa, marcado por dos intentos de asesinato contra Trump y un cambio de candidato en el Partido Demócrata a un mes de su convención. A partir del 20 de enero, el expresidente enfrentará una serie de desafíos, incluyendo la polarización política y crisis globales que amenazan la influencia de Estados Unidos en el mundo.
Trump, quien se convertiría en el primer expresidente en regresar al poder desde Grover Cleveland en 1892, también sería el primer presidente elegido tras haber sido condenado por un delito grave. A sus 78 años, se convertiría en el presidente de mayor edad en asumir el cargo, mientras que su compañero de fórmula, el senador JD Vance, de 40 años, se convertiría en el miembro de mayor rango de la generación millennial en el gobierno estadounidense.
Con un Congreso mayormente alineado con su visión, Trump planea implementar rápidamente una agenda radical que transformaría casi todos los aspectos del gobierno federal. Sus críticos han expresado preocupaciones sobre las implicaciones de su regreso para la democracia, dado su historial de alabanza a líderes autoritarios y su retórica incendiaria.
Durante la campaña, Trump canalizó el descontento popular, aprovechando las frustraciones por el aumento de precios y el miedo a la delincuencia. Su retórica, que a menudo rozaba lo absurdo, incluyó afirmaciones sobre migrantes robando mascotas y un mitin donde un tiroteo dejó a un seguidor muerto, un evento que Trump utilizó para intensificar su mensaje de lucha.
A pesar de las múltiples acusaciones legales que enfrenta, incluyendo un juicio por delitos graves en Nueva York y otros casos de interferencia electoral, Trump ha logrado consolidar su posición como líder indiscutible del Partido Republicano. Su capacidad para presentarse como víctima de un sistema que lo persigue ha resonado con una base de votantes cada vez más escéptica de las instituciones.
A medida que se prepara para su regreso a la Casa Blanca, Trump ha prometido una agenda radical que incluye la mayor deportación en la historia del país y un enfoque de política exterior que podría alterar alianzas tradicionales. Con la intención de rodearse de leales que promulguen su agenda sin cuestionamientos, Trump se muestra decidido a implementar cambios transcendentales desde el primer día de su segundo mandato.
El regreso de Trump a la presidencia plantea interrogantes sobre el futuro de la democracia estadounidense y el rumbo del país en un momento de creciente división y tensión social. Con su estilo provocador y su enfoque polarizador, el expresidente está listo para dejar su huella en la política estadounidense una vez más.