Durante la inauguración del microestadio Néstor Kirchner en Quilmes, la exmandataria denunció que fueron suspendidas dos mil 308 obras públicas, entre ellas 119 en universidades nacionales.
Estamos retrocediendo, aseveró; y cuestionó las declaraciones de Milei sobre la existencia de un supuesto superávit fiscal.
Nadie está desconociendo la legitimidad de origen del Presidente. Siempre respeté la contundencia y lo inapelable del voto popular, pero el apoyo inicial necesita ser respaldado en la gestión y en los resultados de la misma, afirmó.
Te puede haber votado el 60 por ciento de los ciudadanos, pero si después, cuando eres Gobierno, la gente se muere de hambre, pierde el trabajo y no puede llegar a fin de mes, de qué sirve, añadió.
En contraposición, destacó el mandato de Kirchner (entre el 25 de mayo de 2003 y el 10 de diciembre de 2007), quien asumió con 22 puntos de apoyo y finalizó con más de 70.
Este Gobierno no tiene un plan de estabilización porque eso no es solamente una cuestión técnica, sino profundamente política y social. Esto es solo un ajuste, indicó.
Nos anuncia una economía de carácter extractivista, o sea, se van a llevar todos los recursos naturales sin valor agregado, sin tecnología ni industrialización. Más que anarco-capitalismo, es anarco-colonialismo, agregó.
Asimismo, expresó su preocupación por los altos niveles de desocupación y por la situación de los trabajadores cuyos sueldos no alcanzan hasta fin de mes.
El Presidente debe comprender que debe dar un golpe de timón a esta política. Eso de que el mercado no tiene fallos no es así. (…) No se les puede pedir sensibilidad a los empresarios, el que tiene que tomar el rol es el Estado para establecer una vinculación armónica en la sociedad, dijo.
No queremos que le vaya mal, pero si pretende convertir a Argentina en un país al que le extraigan todas sus riquezas, donde no haya industrias y se quiera imponer una suerte de eliminación de toda la clase media, ahí me voy a vestir de celeste y azul como la bandera para defender a la patria. ¡De colonia, otra vez, no!, aseveró.
Fernández señaló que es hora de reflexionar, analizar y hacer un esfuerzo para evitar que conviertan a esta nación en un páramo desocupado.
Quieren demonizar, denostar y ayudar a la desmemoria colectiva. Hay que salir a la calle y denunciar todo esto para que no envenenen a la sociedad, comentó.
Es necesario rediscutir el país que queremos, reconocer lo que hicimos, admitir lo que nos faltó y mirar hacia delante. Tenemos que reclamar a nuestros dirigentes organización, presencia, ideas y coraje para cambiar las cosas, concluyó.