Con la reforma, el Gobierno busca retirar los incentivos a algunos sectores, gravar a otros a fin de recaudar unos 122 mil millones de pesos al año.
Por Julio Guzmán Acosta
Santo Domingo, República Dominicana – Cientos de ciudadanos se congregaron este jueves por la tarde frente al Congreso Nacional para manifestar su rechazo al proyecto de ley de reforma fiscal depositado por el Poder Ejecutivo en la Cámara de Diputados. Los manifestantes, en su mayoría pertenecientes al movimiento Patria Libre, denunciaron que la reforma afectará de manera desproporcionada a la clase media, haciéndola cargar con un peso fiscal que consideran injusto.
Imbuidos por un sentimiento de indignación, los protestantes exhibieron una serie de pancartas en las que se podía leer: l “¡Basta de privilegios!”, pidiendo la eliminación de exoneraciones y beneficios como el “barrilito” y el “cofrecito” que, según ellos, solo favorecen a un pequeño grupo de legisladores y funcionarios públicos. Con el objetivo de distribuir la carga fiscal de manera equitativa, los ciudadanos clamaron por una reforma que no lesione directamente a los sectores más vulnerables.
Fernando Abreu, representante del movimiento Patria Libre, fue uno de los oradores que arremetió contra el estado actual de la carga impositiva en el país. “La clase media ya paga la mayor parte de los impuestos, a través de los diferentes gravámenes aplicados en los distintos renglones. No podemos permitir que esto continúe”, exclamó.
Por su parte, Freddy Díaz se refirió a la reforma fiscal como un intento de “crucificar” al pueblo dominicano, quien, según él, se encuentra en una situación precaria. “¡Estamos viviendo un cambio de rostro! La situación está peor que antes: el pollo caro, el arroz caro, la vida está cara”, manifestó ante la multitud que le escuchaba. Sus palabras fueron respaldadas con gritos y aplausos por los presentes, quienes también se sentían cada vez más frustrados por el aumento en el costo de vida.
En otro punto destacado de la protesta, Dayana Borbón hizo un llamado a la solidaridad entre los dominicanos para combatir lo que describió como “sanguijuelas que se están chupando el dinero del pueblo”. “Que los congresistas se quiten los privilegios, ¡y después hablemos de nosotros pagar impuestos!”, instó, expresando un sentimiento de desconfianza hacia el gobierno de Luis Abinader y de los congresistas afines al PRM, por no alinearse con las necesidades del pueblo.
Luis Sala, otro de los asistentes, plasmó el sentir de la multitud al indicar que los dominicanos han aguantado suficiente, enfrentando el panorama de carestía, apagones y otras problemáticas que afectan su calidad de vida. “presidente Abinader, déjales a los pobres y a la clase media tranquilos”, exigió.
El ambiente de la protesta era tenso, y la presencia policial no pasó desapercibida. Decenas de agentes resguardaron los alrededores del Congreso ante el temor de posibles disturbios. La mayoría de los legisladores, previo al inicio de las protestas, ya habían abandonado el lugar, lo que generó un ambiente de desconcierto entre los manifestantes, quienes sentían que sus voces no estaban siendo escuchadas.
La reforma fiscal, presentada el pasado martes por Jochi Vicente, ministro de Hacienda, fue enviada este jueves a una comisión especial para su estudio tras el descontento social. Con la intención de retirar incentivos a algunos sectores y gravar a otros, el Gobierno busca recaudar aproximadamente 122 mil millones de pesos anuales. Sin embargo, los manifestantes de Patria Libre aseguraron que no cesarán en su lucha y planean regresar al Congreso este sábado para seguir exigiendo cambios en la propuesta.
Con la incertidumbre en el aire sobre el futuro de la reforma y las continuas movilizaciones por parte de la ciudadanía, es evidente que el debate sobre los impuestos y la equidad fiscal en la República Dominicana permanece abierto. La presión sobre los legisladores no ha hecho más que empezar y seguro aumentara a medida que los tumultuosos ecos de las demandas de la clase media y los sectores vulnerables se hagan sentir en las puertas del Congreso y a lo largo y ancho de toda la geografía dominicana.