El presidente dominicano participará en cumbres de la ONU y la OIT, y abordará la crisis haitiana con Lula da Silva y Macron
Por Virtudes Álvarez Sampedro
Con la elegancia diplomática que caracteriza su gestión exterior, el presidente Luis Abinader partió este sábado desde la Base Aérea de San Isidro rumbo a Niza (Francia), iniciando un periplo de ocho días que lo llevará a cruzar dos continentes y recorrer más de 17,000 kilómetros. Su agenda, meticulosamente diseñada, mezcla simbolismo histórico —será el primer mandatario dominicano en intervenir en una cumbre de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)— y urgencias regionales, como la crisis haitiana y la transición energética.
El viaje, que incluye escalas en Suiza, Francia y Brasil, tiene su primer hito en Ginebra, donde Abinader pronunciará el discurso central de la Reunión de Alto Nivel de la Coalición Mundial para la Justicia Social en el Palacio de las Naciones. Un foro que consolida su proyección internacional y donde expondrá los avances de República Dominicana en equidad laboral y desarrollo sostenible. Antes, en Niza, participará en la Tercera Conferencia de la ONU sobre el Océano, reforzando su compromiso ambiental frente a líderes globales
Diálogos estratégicos: de Macron a Lula
La gira no se limita a los foros multilaterales. En paralelo, el presidente sostendrá encuentros bilaterales clave: con Emmanuel Macron en Francia —donde se prevé abordar la cooperación franco-caribeña— y con Luiz Inácio Lula da Silva en Brasilia, durante la Cumbre Brasil-Caribe los días 13 y 14 de junio. Allí, la agenda es tan pragmática como apremiante: la escalada de violencia en Haití, la seguridad alimentaria y los desafíos climáticos ocuparán el centro de las conversaciones.
Abinader llega a este último encuentro con un capital político reforzado. Su firme postura ante la crisis haitiana —incluyendo la construcción de un muro fronterizo y la presión para una intervención internacional— ha posicionado al país como actor clave en la búsqueda de soluciones. Ahora, buscará aliados como Brasil para impulsar mecanismos de estabilidad regional.
Mientras su avión surca el Atlántico, el mensaje es claro: República Dominicana ya no solo mira hacia dentro. Con esta gira, Abinader consolida un perfil de estadista que trasciende fronteras, tejiendo alianzas en un mundo donde la justicia social y la cooperación son monedas de cambio cada vez más valiosas. El Caribe, desde su mirada, tiene mucho que decir. Y él está decidido a ser su voz.
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