Por Thiago Zorrilla Acosta
Santo Domingo. – La reciente decisión del gobierno dominicano de retirar el proyecto de reforma fiscal ha sido recibida con aplausos y un sentido de victoria por parte del Partido Frente Amplio y las organizaciones sociales que conforman el Bloque Popular Jesús Adón. En una situacion donde el descontento ciudadano había tomado las calles, los líderes sociales ven en esta medida una reafirmación del poder de la movilización pacífica y cívica.
María Teresa Cabrera, presidenta en funciones del Frente Amplio manifesto: “Esta decisión es una muestra más de que cuando el pueblo se expresa y se moviliza de forma cívica, pacífica y ordenada, construye poder y se hace escuchar”. Las declaraciones de Cabrera se inscriben dentro de la posición que desde el primer momento mantuvo el FA de rechazo a la Reforma Fiscal,
El retiro del proyecto de reforma fiscal no solo representa una victoria para los sectores que se opusieron a su contenido, sino que también plantea nuevos retos. Cabrera enfatizó que los trabajadores, las trabajadoras y el pueblo en general deben mantenerse alertas y organizados para demandar lo que desde un principio debió hacerse: “Convocar al Consejo Económico y Social para la discusión, con amplia participación, del Pacto Fiscal consagrado en la Ley de Estrategia Nacional”.
La presidenta del Frente Amplio subrayó que este Pacto Fiscal debe ir más allá de las reformas superficiales y apuntar a transformar la lógica de la política tributaria vigente hacia una más progresiva. “No podemos seguir permitiendo el esquema de privilegios de unos pocos, mientras la mayoría enfrenta los altísimos niveles de evasión fiscal”, dijo Cabrera, quien también pidió no seguir castigando a los que menos ingresos reciben.
Sin embargo, el retiro de la propuesta de reforma fiscal no elimina los peligros que enfrenta la economía dominicana. “El colapso económico sigue siendo una amenaza latente, lo que hace urgente una revisión profunda del sistema tributario”, advirtió Cabrera. Los problemas estructurales, como el carácter regresivo del sistema y la pobreza del gasto público social, deben ser superados para alcanzar una justicia fiscal que se traduzca en justicia social.
El Frente Amplio y el Bloque Popular Jesús Adón están claros en su llamado a la acción. “Los trabajadores, las trabajadoras y el pueblo deben seguir movilizados para exigir que la riqueza y la ganancia paguen más impuestos”, insistió Cabrera. Además, se plantean la necesidad de una sustancial mejoría en la calidad y cantidad del gasto social público, así como la urgente necesidad de frenar los gastos dispendiosos y el endeudamiento público.
La organización política concluyó su pronunciamiento con un mensaje claro: “Es hora de mejorar las posibilidades de la producción nacional y construir un sistema tributario que garantice la equidad social”. La movilización continua y la presión social se presentan como las herramientas fundamentales para forjar un futuro más justo y equitativo en la República Dominicana.
En el horizonte, se vislumbra la necesidad de un diálogo genuino entre el gobierno y la sociedad civil, donde las voces de los más vulnerables sean escuchadas y se tomen en cuenta sus necesidades. La retirada del proyecto de reforma fiscal, aunque celebrada, es solo el comienzo de un largo camino hacia la justicia fiscal y social en el país. La lucha sigue, y el pueblo dominicano, unido, está dispuesto a hacer valer su voz.