EN BUSCA DE SALKA
Soy un hombre poco dado a la hipérbole. Pero cuando me refiero a Mario Vargas Llosa no me guardo ninguna. Todo elogio grandilocuente hacia esa figura se queda corto.
Es, desde mi óptica, la figura más trascendente no solo de toda América Latina, sino de todo el ámbito de la lengua castellana. Fue un novelista cabal, casi total. Escribió obras complejas como La Casa Verde y Conversación en la Catedral; obras de gran simplicidad formal como Los cuadernos de don Rigoberto. La ciudad y los perros es una obra modélica narrativamente hablando: combina simplicidad y complejidad. Gran poder de persuasión y encanto narrativo. Sabía, como pocos, escribir con gran elegancia y sencillez; lejos del aparataje lingüístico de otros tantos.
Fue Vargas Llosa el más alto crítico de la historia de la literatura en español. Su trabajo sobre Madame Bovary es digo de estar en una de las mejores antologías de crítica literaria. En la Tentación de lo imposible Vargas Llosa logra algo ejemplar: hacer que el lector contemporáneo, agitado y estremecido, adicto a las pantallas y a las obras breves e intrascendentes, ame y entienda en su justa dimensión la memorable obra Los Miserables, de Víctor Hugo. En este texto desmenuza con su sapiencia habitual cada aspecto literario de la obra cumbre del escritor francés: el punto de vista del narrador, la trama, el estilo, el nivel de lengua, su implicación social, su entorno histórico, etc.
Mario Vargas Llosa es dueño de muchas hazañas literarias. Una de las que más llama mi atención es la que perpetró, sí, perpetró, durante la pandemia: Leyó sesenta novelas y treinta obras de teatro de Benito Pérez Galdós y de allí salió su estudio La mirada quieta, sobre este autor español. Hay que tener mucha disciplina y compromiso con una causa para llevar a cabo semejante proeza.
De Vargas Llosa hay tanto que decir que es complejo referirse a él. Pero no quiero dejar de mencionar una de sus mejores obras: su affair con Isabel Preysler. Fue una obra maestra para cerrar a lo grande su grandiosa existencia. Terminó su vida en medio de las turbulencias existenciales semejantes a las de algunos de sus personajes. Morir como se vive.
Ha muerto Mario Vargas Llosa. El mundo se empobrece con su muerte, pero nos queda el mayor consuelo posible: sus obras inmortales, como él.
Nació en Santiago. Es egresado del Instituto Superior de Agricultura. Ha publicado los libros El otro círculo, Cuentos casi completos y dos novelas breves. Y las novelas Paraíso para perversos, Princesa de Capotillo, y Memorias de un hombre solo.