Umbral

Intolerancia y Manipulación Histórica: El Caso del Instituto Duartiano

La reciente destitución del doctor Julio Manuel Rodríguez Grullón de la dirección del Instituto Duartiano no es solo un acto de injusticia contra un hombre honorable, sino un síntoma preocupante del fanatismo ideológico que busca reescribir la historia para justificar discursos de exclusión.

Rodríguez Grullón, un médico e historiador de reconocida trayectoria, cuyo nombre honra el Hospital Pediátrico de la Ciudad Sanitaria Luis E. Aybar, fue removido por afirmar una verdad incómoda para algunos: que República Dominicana y Haití deben coexistir con respeto y diálogo. Una postura que, lejos de ser antipatriótica, refleja el pensamiento mismo de Juan Pablo Duarte, quien, pese a luchar por la independencia dominicana, nunca predicó el odio racial ni la aniquilación del vecino pueblo.

¿Qué Hubiera Dicho Duarte?

Duarte admiró al pueblo haitiano por su lucha anticolonial y su amor a la libertad. En sus escritos, dejó claro que la separación no se debía a un odio étnico, sino a la defensa de la soberanía frente a un gobierno opresor. Incluso, en 1843, colaboró con haitianos reformistas para derrocar al dictador Boyer, demostrando que su lucha era contra la tiranía, no contra un pueblo.

Hoy, sin embargo, el Instituto Duartiano —creado originalmente para diluir el legado revolucionario del patricio— parece empeñado en convertirlo en un símbolo de xenofobia, ignorando su verdadero pensamiento. ¿Cómo es posible que una institución que debería velar por su memoria condene a un intelectual por hablar de convivencia, mientras algunos de sus miembros marchan junto a grupos que exaltan a Trujillo y Santana, los mayores enemigos de Duarte?

El Peligro de Reemplazar la Historia con Dogma

La suspensión de Rodríguez Grullón no es un simple conflicto interno: es un intento de imponer una versión distorsionada del nacionalismo, donde el patriotismo se mide por cuánto se demoniza a Haití. Este revisionismo histórico no solo deshonra a Duarte, sino que alimenta las narrativas de sectores extremistas como la Antigua Orden, que usan el «amor a la patria» para justificar la violencia.

Peor aún, este fanatismo da armas a los enemigos de la dominicanidad. Cuando se presenta a Duarte como un racista, se facilita que grupos haitianos radicales lo ataquen, como ya intentaron en Nueva York. La mejor defensa de nuestra soberanía no es el odio, sino el apego a la verdad histórica.

Un Llamado a la Razón

Rodríguez Grullón no es un traidor: es un dominicano que ha servido a su país desde la medicina, la academia y la investigación histórica. Su error fue recordar que, como dijo Duarte, la libertad no se construye sobre el desprecio al otro.

Exigimos que Estado dominicano tome distancia de estos grupos que manipulan la historia y haga que el Instituto Duartiano actúe con apego a sus principios y deje de acompañar como institución a grupos promotores del odio. Si algunos de sus miembros se sienten comprometidos con las ideas del odio y el racismo, que renuncien a formar parte de esa entidad. El verdadero patriotismo no se demuestra con purgas ideológicas, sino con el compromiso con la justicia, la educación y la memoria auténtica de nuestros próceres.

¡Que vivan Duarte y la verdad histórica! ¡Abajo la intolerancia!

Si UMBRAL.COM.DO con el rigor periodístico que nos caracteriza puede publicar lo que los grandes medios no se atreven, con una línea editorial progresista y en defensa de la gente, es gracias al apoyo de nuestros socios y socias


cards

.

Deja un comentario

Social Share Buttons and Icons powered by Ultimatelysocial
Scroll al inicio