Los Leones del Escogido pueden coronarse hoy campeones con un triunfo ante el Licey y conquistar su 17ma liga de la Lidom
Por Theo N. Guzmán
En una noche electrizante en el Estadio Quisqueya Juan Marichal, los Leones del Escogido se impusieron ante los Tigres del Licey con un contundente marcador de 4-1, colocando a los rojos a un paso de alcanzar su 17ma corona en la historia del béisbol dominicano. La afición, que llenó las gradas con una mezcla de nerviosismo y esperanza, fue testigo de un encuentro que prometía drama y emoción desde el primer lanzamiento.
La historia del juego comenzó a escribirse desde la primera entrada, cuando Sócrates Brito, con su bate caliente, conectó un cuadrangular monumental por el jardín derecho. El estallido de la bola contra el bate resonó como un grito de guerra, marcando el inicio de una noche que los Leones no dejarían escapar. Brito no solo abrió el marcador, sino que también encendió las gradas, que estallaron en jubilo. Este jonrón no solo fue un golpe al rival, sino también una inyección de confianza para un equipo que jugaba con la presión de un juego crucial en la serie.
El abridor de los Leones, Grant Gavin, brilló en el montículo, realizando una actuación impresionante al permitir solo dos hits en cinco entradas y ponchando a varios rivales. Con cuerpo sereno y control absoluto, Gavin demostró por qué los Leones tienen la confianza en él. Cada lanzamiento era un despliegue de destreza que dejaba a los bateadores de los Tigres buscando respuestas sin éxito.
Mientras tanto, la defensa de los Leones mantuvo su fortaleza, y el bullpen, liderado por el cerrador Rafael Montero, se encargó de sellar la victoria, retirando a los cuatro hombres que enfrentó en la novena entrada con la serenidad de un veterano. Montero se convirtió en el héroe silencioso, asegurando que el rugido de los Leones no se apagara en el último suspiro del encuentro.
La ofensiva de los Leones no se detuvo en el cuadrangular de Brito. En la segunda entrada, una doble matanza permitió a Luis Liberato anotar, seguido por un elevado de sacrificio de Brito en la quinta que empujó a Erik González. Cada carrera fue un ladrillo en la construcción de la victoria, un recordatorio del poderío ofensivo que caracteriza a este equipo.
Por el lado de los Tigres, el abridor Brooks Hall tuvo una noche que preferiría olvidar, mientras que los relevistas Carlos Vargas y Reymin Guduán lucharon por contener la ofensiva roja. A pesar de los esfuerzos de Harold Ramírez y Sergio Alcántara, quienes destacaron con sus bateos, el ataque de los Tigres no logró recuperar el terreno perdido ante un Escogido que mostraba determinación.
Con el marcador 4-1 y la euforia de los aficionados resonando en cada rincón del estadio, los Leones se colocaron con un liderazgo de 3-2 en la serie. La próxima cita será el domingo, a las 7:15 de la noche, donde los Leones buscarán cerrar la serie y consagrarse campeones.
La atmósfera es palpable: la historia está en juego, y la afición ya saborea la posibilidad de ver a su equipo levantar el trofeo de campeones una vez más. En el béisbol, cada juego se cuenta, y esta noche, el rugido de los Leones resonó más fuerte que nunca. ¡Que continue el espectáculo!