ALFONSO -FONCHI- TEJEDA
María Teresa Cabrera, la candidata presidencial del Frente Amplio en las pasadas elecciones obtuvo el más bajo porcentaje de votos de todas las veces en que se ha postulado a un cargo electoral, pero su presencia en esa competencia fue un espejo al que convocaba a mirarse a Luis Abinader, el candidato ganador de esa contienda, por amplia mayoría.
Ahora, después de la juramentación oficial de las autoridades nacionales, la dirigente del Frente Amplio vuelve a “plantarle cara” al mandatario, y lo hace a partir de una decisión de este, que, con toda probidad legal, también apura una cuestionable “legitimidad” que ha provocado una situación que pudiera servir en esa aspiracional búsqueda de la institucionalidad del país.
La novedosa realidad creada en el ayuntamiento de La Vega, luego de que el presidente Abinader moviera al alcalde electo (con el 75 por ciento de los votos municipales), Kelvin Cruz, para designarlo ministro de Deportes, tiene repercusiones legales que demandan una mayor clarificación y precisión a la ley, a la vez que señalan un cuestionamiento ético a una práctica política, esa de “trasladar” a funcionarios electos a cargos administrativos en el gobierno.
Porque todo eso envuelve la todavía incomprendida renuncia de la electa vicealcaldesa Amparo Custodio, del Frente Amplio – compañera de boleta de Cruz, del PRM-, alegando una supuesta ilegitimidad si asumía el cargo, aunque la ley la autoriza a ocuparlo, pero que para ella es insuficiente frente a sus principios, pero de manera enfática, a la presunción que tienen, ella y su partido, de las “pretensiones” perremeísta con el cargo.
Esa combinación de temores y principios contenidos en la renuncia de la vicealcaldesa vegana sume en una aletargada y vaporosa situación a la administración municipal, que pierde a dos de sus más probados y mejores funcionarios, cuestiona la sapiencia y el compromiso político del Frente Amplio, y desafía a Abinader.
En su desempeño político y participación comunitaria de más de 30 años, Amparo Custodio tiene una hoja de servicios que la valida como una funcionaria competente, creativa, responsable y participativa, que la han convertido en una líder en el municipio de La Vega, activo y oportunidad política que una incomprensible “racionalidad” lleva al Frente Amplio a renunciar a ese Poder.
Es muy cuestionable que esa organización política resigne la capacidad y liderazgo de Amparo Custodia ante una “probable parálisis” futura del cabildo, y recuerda una práctica afincada desde cuando era el Movimiento de Unidad y Cambio (Miuca), que apartaba a dirigentes suyos con reconocidos aval y cierta potencialidad electoral, y entregaba candidaturas a extraños que consideraba “más probables” de salir triunfante, lo que nunca ocurrió.
Todavía María Teresa Cabrera puede sostener el espejo en que se mire el presidente Abinader a la hora de tomar algunas decisiones, teniendo pendiente que la ética, la moral y la decencia son como la respiración – en particular al momento de escoger a quién estará al frente del ayuntamiento de La Vega-, pero también ella, y con ella el Frente Amplio, tienen que lustrar más ese espejo para mirarse con otras miradas que les recuerden que el quehacer político es para alcanzar el poder!