•Triunfo histórico con ‘hat trick’ de Raphinha y gol de Lewandowski, que no celebró ante un Bayern que llegó riéndose del club barcelonista y regresa a Munich con el rabo entre las piernas.
Por Julio Guzmán Acosta
En una noche mágica que quedará grabada en la memoria de los aficionados, el FC Barcelona ofreció un espectáculo vibrante en el Estadio Olympic Lluís Companys de Montjuïc. Con un triunfo contundente por 4-1 sobre el Bayern de Múnich, el conjunto blaugrana demostró que hay motivos para soñar con una grandeza europea renovada. Raphinha se erigió como el héroe de la velada con un ‘hat trick’, mientras que Lewandowski, aunque no celebró su gol, fue parte fundamental de una actuación que dejó claro que el Barça está en la senda correcta.
El encuentro comenzó con una intensidad arrolladora. Apenas habían transcurrido 60 segundos cuando Raphinha, tras un pase magistral de Fermín, se plantó frente a Neuer y lo batió con una frialdad digna de un veterano. El estadio estalló en júbilo, y la atmósfera se volvió electrizante. Sin embargo, los alemanes no tardaron en responder, y Harry Kane, con un cabezazo que parecía poner las cosas igualadas, vio cómo su gol fue anulado por un fuera de juego milimétrico.
A pesar de la anulación, el Bayern mostró su capacidad de peligro, y Kane, en otra jugada, logró empatar en el minuto 18. Pero el Barcelona, lejos de amedrentarse, mostró su carácter. En un partido donde los jóvenes como Lamine Yamal y Fermín brillaron, el equipo encontró su ritmo y se plantó cara a un rival que había llegado con aires de grandeza.
La conexión entre los canteranos y los jugadores experimentados fue clave. Fermín, quien fue el encargado de orquestar el juego, asistió a Lewandowski para que el polaco, en un gesto de respeto hacia su exequipo, se limitara a empujar el balón a la red. Con el 2-1 en el marcador y el público enardecido, el Barça había tomado el control del partido.
Raphinha no se detuvo allí. En la segunda mitad, el brasileño sentenció con dos goles más, mostrando su calidad y desbordante energía. La defensa del Bayern, que había llegado como favorita, se vio superada por la velocidad y la creatividad de un Barça que jugaba con una confianza renovada. Cada jugada era un canto a la esperanza. La afición, entregada, coreaba el nombre de Raphinha mientras el equipo se adueñaba del balón y del ritmo del encuentro.
El Bayern, a pesar de sus intentos por recortar distancias, no encontró la forma de superar a un Barça que, con una defensa sólida y un mediocampo que funcionaba como un reloj suizo, se mostraba intratable. Las decisiones arbitrales, que a menudo favorecieron al equipo local, fueron un punto de controversia, pero el espectáculo en el campo fue lo que realmente importó.
La noche fue un claro mensaje: el Barcelona ya no es solo un equipo en reconstrucción, sino un conjunto con ambiciones serias en Europa, guiado por una generación de jóvenes guerreros que, junto a sus experimentados compañeros, están dispuestos a luchar por grandes metas.
Con el pitido final, el estadio se convirtió en un mar de celebraciones, y el Barça se despidió de su público con la promesa de que lo mejor está por venir. Este equipo ha dejado de ser un proyecto para convertirse en una realidad, y la afición, más que nunca, tiene razones para sentirse orgullosa. El Bayern, que llegó riéndose, se marchó escaldado, dejando claro que Montjuïc fue una catedral del fútbol en la que la historia se escribió a favor de un renovado FC Barcelona.
FICHA TÉCNICA
FC BARCELONA: Peña; Koundé, Cubarsí, Iñigo, Balde; Pedri, Casadó, Fermín; Lamine Yamal, Lewandowski, Raphinha.
BAYERN MUNICH: Neuer; Guerreiro, Upamecano, Kim, Davies; Kimmich, Joao Palhinha; Olise, Müller, Gnabry; Kane.
GOLES: 1-0 Raphinha (1’), 1-1 Kane (18’), 2-1 Lewandowski (36’), 3-1 Raphinha (45’), 4-1 Raphinha (56’).
ÁRBITRO: Slavko Vincic (Eslovenia).
ESTADIO: Olímpic Lluís Companys de Montjuïc. 50,312 espectadores.