Por Servicios Umbral.com.do
Santo Domingo, 8 de febrero de 2025 – La reciente visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a la República Dominicana, ha suscitado controversia y críticas por parte de organizaciones de izquierda que acusan al funcionario de intentar imponer una agenda colonialista de Washington en la región.
Rubio arribó al país el miércoles por la noche como parte de su primera gira internacional desde que asumió el cargo hace dos semanas. Durante su estancia, se reunió con el presidente dominicano, Luis Abinader, en el Palacio Nacional, donde se abordaron temas de seguridad, migración y comercio.
En una rueda de prensa conjunta, Rubio destacó el compromiso de la administración de Donald Trump con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, dirigida por Kenia. Afirmó que, a pesar de una orden de “freeze” que congela los programas de asistencia, existe la posibilidad de crear excepciones, siendo la ayuda a Haití una de ellas.
El secretario de Estado también enfatizó la importancia de fortalecer la generación eléctrica en la República Dominicana, un esfuerzo que, según él, beneficiaría también a Puerto Rico. Resaltó el potencial del país caribeño para convertirse en un centro de innovación y tecnología, dada su proximidad a Estados Unidos y su estabilidad política.
Por su parte, el presidente Abinader coincidió en la necesidad de una respuesta coordinada y solidaria de la comunidad internacional ante la crisis en Haití, reiterando que no existe una solución dominicana a la situación haitiana. Abinader enfatizó la urgencia de un mayor apoyo financiero para la Fuerza Multinacional liderada por Kenia.
No obstante, las declaraciones de Rubio sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, a las que calificó como “enemigas de la humanidad”, fueron recibidas con rechazo por parte de diversas organizaciones políticas y sociales en el país. Estas entidades critican a Estados Unidos, argumentando que es el “único enemigo de la humanidad” en el contexto de las intervenciones en la región.
La visita de Rubio y sus declaraciones han generado un ambiente de tensión y polarización, evidenciando las diferencias ideológicas en la política internacional y la percepción de la influencia estadounidense en América Latina. Las organizaciones de izquierda han prometido seguir manifestando su rechazo a lo que consideran un intento de imponer una agenda neocolonial en la región.