Por Julio Guzmán Acosta
Santo Domingo, RD.- Este 27 de febrero, la República Dominicana celebra 181 años de independencia nacional, una fecha que marca el inicio de su vida como nación libre y soberana. La gesta independentista de 1844, liderada por los padres de la patria Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, fue el punto de partida de una historia marcada por luchas, sacrificios y resistencia frente a invasiones, dictaduras y desafíos internos y externos. Sin embargo, la independencia no fue el final, sino el comienzo de una serie de batallas que han definido el carácter y la identidad del pueblo dominicano.
La independencia y sus héroes
La noche del 27 de febrero de 1844, la Bandera Dominicana, bordada por Concepción Bona y María Trinidad Sánchez, ondeó por primera vez en la Puerta del Conde, en Santo Domingo, simbolizando el nacimiento de la República Dominicana. Este acto fue precedido por el emblemático «trabucazo» de Matías Ramón Mella, que resonó como un llamado a la libertad. Aunque Juan Pablo Duarte no estuvo presente físicamente, su visión y liderazgo en la fundación de La Trinitaria en 1838 fueron fundamentales para consolidar el ideal independentista.
La independencia de 1844 no fue la primera intentona libertadora. En 1821, José Núñez de Cáceres proclamó la llamada Independencia Efímera, que duró apenas dos meses antes de que Haití ocupara el territorio. Sin embargo, la gesta de 1844 marcó el inicio definitivo de la República Dominicana como un Estado libre e independiente.
Luchas y resistencias posteriores
La independencia no fue el fin de las batallas. En 1863, el país enfrentó la Guerra de la Restauración, liderada por Gregorio Luperón, para recuperar la soberanía tras la anexión a España en 1861. Este episodio histórico reafirmó el espíritu de lucha del pueblo dominicano y consolidó su determinación de mantener la libertad a toda costa.
En el siglo XX, la República Dominicana enfrentó nuevos desafíos. La primera intervención militar estadounidense (1916-1924) fue resistida por patriotas que defendieron la soberanía nacional. Posteriormente, la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) marcó uno de los períodos más oscuros de la historia dominicana, pero también fue testigo de la resistencia y el sacrificio de quienes lucharon por la libertad.
Levantamientos armados y resistencia heroica
El golpe de Estado al gobierno democrático de Juan Bosch en 1963 y la posterior segunda intervención militar estadounidense en 1965 desencadenaron un nuevo capítulo de resistencia. En 1963, Manuel Aurelio Tavárez Justo, líder del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, encabezó un levantamiento armado en las montañas dominicanas para restaurar el gobierno constitucional de Bosch. Aunque el movimiento fue derrotado y Tavárez Justo fue asesinado, su sacrificio se convirtió en un símbolo de la lucha por la democracia.
En 1965, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deño lideró la Guerra de Abril, un movimiento constitucionalista que buscaba restaurar el gobierno de Bosch y defender la soberanía nacional frente a la segunda intervención militar estadounidense. Caamaño se convirtió en un ícono de la resistencia dominicana, y su lucha inspiró a generaciones posteriores.
En 1973, Caamaño regresó al país para liderar un nuevo levantamiento armado contra el gobierno de Joaquín Balaguer. Aunque esta gesta también fue derrotada y Caamaño perdió la vida, su legado de lucha y sacrificio sigue vivo en la memoria del pueblo dominicano.
Luchas revolucionarias y sacrificio de jóvenes idealistas
Durante los doce años de Joaquín Balaguer (1966-1978 y 1986-1996), muchos revolucionarios perdieron la vida defendiendo la libertad y la justicia. Figuras como Maximiliano Gómez (El Moreno), Amin Abel Hasbún, Otto Morales y los Palmeros, dirigidos por Amaury Germán Aristy, se alzaron en armas contra la opresión y la injusticia. Estos jóvenes idealistas, inspirados por un profundo amor a la patria, enfrentaron con valentía un régimen represivo y pagaron con sus vidas el precio de la lucha por un país más justo.
Luchas contemporáneas: corrupción, impunidad y entrega
En las últimas décadas, el pueblo dominicano ha enfrentado nuevos desafíos, como la corrupción, la impunidad y las políticas de gobiernos entreguistas a los dictámenes estadounidenses. Hoy, bajo el gobierno de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), se ha vuelto a escenificar la entrega sin condiciones a las políticas de la adminsitración norteamericana, sirviendo nuestro país a las directrices que emanan del gobierno de Donald Trump y favoreciendo intereses extranjeros en detrimento de la soberanía nacional, prestándose además, a servir de puente para la agresión de paises hermanos como Venezuela. La lucha contra la corrupción y la defensa de los recursos naturales siguen siendo banderas de lucha para muchos dominicanos.
Legado y reflexión
El presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, Juan Pablo Uribe, destacó que la independencia no fue un hecho aislado, sino el resultado de una larga lucha por la identidad y la libertad. «Llegar al 27 de febrero de 1844 no fue un golpe de abracadabra en la historia, sino la construcción de una existencialidad en la isla y toda una epopeya en solitario que nosotros libramos antes de tener el gentilicio de dominicanos», afirmó.
Hoy, 181 años después, la República Dominicana conmemora su independencia con orgullo, pero también con la conciencia de que la lucha por la libertad, la justicia y la soberanía sigue vigente. Como dijo Matías Ramón Mella: «No hay tiempo para volver atrás, tendremos que ser libres o morir… ¡Viva República Dominicana!». La historia de resistencia y heroísmo del pueblo dominicano es un legado que inspira a las nuevas generaciones a seguir luchando por un futuro mejor.