El presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traore — Pavel Bednyakov / Sputnik / ContactoPhoto
Por Arturo F. Guzmán
Washington–Estados Unidos ha señalado al presidente de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, como un riesgo para el continente africano, en medio de acusaciones que han desatado una fuerte polémica y rechazo en África. Durante una audiencia en el Senado estadounidense el pasado 3 de abril de 2025, el senador Roger Wicker interrogó al general Michael Langley, comandante del Comando Africano (AFRICOM), sobre presuntas prácticas corruptas vinculadas al comercio de Burkina Faso con China. Langley acusó directamente a Traoré de usar las reservas de oro del país para “proteger al régimen de la Junta”.
Estas afirmaciones fueron rechazadas con vehemencia por el gobierno burkinés. El ministro de Asuntos Exteriores, Karamoko Jean Marie Traoré, emitió un comunicado el 15 de abril negando formalmente las acusaciones y calificándolas de “postura que niega deliberadamente la nueva dinámica soberanista de Burkina Faso”.
La polémica también ha generado reacciones en el activismo panafricanista, con el partido sudafricano Luchadores por la Libertad Económica (EFF) condenando la “injerencia de Occidente en los asuntos africanos” y defendiendo el liderazgo de Traoré en la recuperación de los recursos nacionales. En un comunicado publicado en X, la EFF acusó a Estados Unidos y sus aliados de intentar desacreditar al gobierno burkinés y de mantener una agenda neocolonial para controlar los recursos africanos.
El ascenso de Ibrahim Traoré, quien llegó al poder en 2022 con un discurso antiimperialista y soberanista, ha generado preocupación en Washington. Traoré ha rechazado préstamos de organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, redujo los salarios de altos funcionarios mientras aumentaba los de trabajadores públicos, y nacionalizó importantes minas de oro anteriormente explotadas por multinacionales occidentales. Además, expulsó las tropas francesas y estadounidenses, prohibiendo las operaciones militares extranjeras en el país.
Su gobierno ha impulsado una agenda de desarrollo local, priorizando la agricultura, mejorando la producción con distribución de maquinaria y apertura de plantas procesadoras. También impulsa la construcción de un nuevo aeropuerto en Uagadugú para fortalecer la infraestructura nacional.
La historia de Burkina Faso está marcada por una lucha constante contra la injerencia extranjera y en favor de la autodeterminación, ejemplificada en figuras como Thomas Sankara. Sin embargo, la influencia occidental, especialmente la de Estados Unidos y Francia, ha socavado reiteradamente estos procesos, provocando inestabilidad y dependencia.
Este enfrentamiento entre Washington y el liderazgo de Traoré refleja un conflicto mayor sobre el futuro político y económico de África, donde las potencias occidentales buscan mantener su hegemonía mientras emergen gobiernos que defienden un camino soberano y anticolonialista.
En este contexto, la defensa de Burkina Faso por parte de movimientos panafricanos y gobiernos críticos a la influencia occidental subraya la importancia de la autonomía y la justicia económica en la región, frente a la persistente interferencia externa.
Arturo F. Guzmán