La guerra de abril de 1965 fue continuidad de la lucha popular de masas iniciada tras la caída de la dictadura de Trujillo en 1961. El pueblo en lucha, reclamaba libertades públicas y derechos democráticos; la democratización de la vida social y política del país, así como una justa redistribución de las riquezas.
Esa lucha ganó más amplitud e intensidad política tras el golpe de Estado al gobierno del profesor Juan Bosch en septiembre de 1963.
El pueblo exigía el regreso del país a la constitución de 1963, liberal y avanzada para ese tiempo; y que había sido derogada por el golpe de Estado.
La lucha popular de masas creó las condiciones políticas para la insurrección cívico- militar del 24 de abril de 1965.
El 27 de abril, el pueblo en armas, liderado por el Coronel Francisco Alberto Caamaño, derrotó a las fuerzas golpistas. Ese día, en la batalla del Puente Duarte, el proceso revolucionario abría la posibilidad para la toma del poder por parte del pueblo; pero también para que la guerra civil se convirtiera en guerra patriótica de liberación nacional.
Fue una revolución civil hasta el 28 de abril en que se convirtió en guerra patriótica, porque este día el imperialismo norteamericano intervino el país con 42 mil marines, para impedir el triunfo popular.
(Una Primavera para el mundo, como la escribió René Del Risco Bermúdez, Rafael Solano le hizo música y la canta Fernando Casado).
Así que Abril de 1965, es un proceso con grandes enseñanzas para la continuidad de la lucha revolucionaria del pueblo dominicano.
Es la lucha popular de masas por reivindicaciones sociales y políticas, por una Constitución política cabe resaltar; que salta a crear elementos de guerra civil, y esta estalla el 24 de abril. Triunfa como guerra civil, y se convierte en guerra de liberación nacional el día 28 tras la intervención militar del imperialismo yanqui.
Estas enseñanzas deben servir a los revolucionarios actuales para organizar la revolución dominicana, continuidad de las guerras, de Independencia de 1844; de la Restauración de 1863, y la Constitucionalista de abril de 1965, de la cual conmemoramos por estos dias el 60 aniversario.
Seguimos luchando, en el curso de la historia. ¡Viva la revolución