Pfizer no es nueva en los titulares por razones polémicas. Desde multas por publicidad engañosa hasta acusaciones de ensayos clínicos sin consentimiento en países vulnerables, la compañía ha acumulado un historial que plantea preguntas importantes sobre ética corporativa.
Por Julio Disla
En los últimos años, la farmacéutica Pfizer ha estado en el centro de controversias globales. Sin embargo, lo que muchos consideran “crímenes contra la humanidad” rara vez han recibido cobertura en los grandes medios tradicionales de comunicación, que, a menudo, optan por silenciar o minimizar estas acusaciones y su impacto en los seres humanos.
Pfizer no es nueva en los titulares por razones polémicas. Desde multas por publicidad engañosa hasta acusaciones de ensayos clínicos sin consentimiento en países vulnerables, la compañía ha acumulado un historial que plantea preguntas importantes sobre ética corporativa.
Este articulo examina algunos de los casos más polémicos atribuidos a Pfizer y analiza por qué los medios de comunicación tradicionales han optado por una cobertura limitada o sesgada. Mas allá de las implicaciones para una sola empresa, esta omisión señala una crisis más profunda en la relación entre periodismo y el poder corporativo, poniendo en riesgo el derecho del público a recibir información veraz.
Recientemente la periodista Naomi Wolf publicó una investigación titulada The Pfizer Papers: Pfizer’ Crimes Against Humanity, donde detalla las graves lesiones relacionadas con las vacunas que Pfizer y la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) conocían a principios de 2021; pero que intentaron ocultar al público.
“Pfizer conocía las deficiencias de sus ensayos de vacunas contra la COVID-19 y los muchos efectos adversos de las vacunas, al igual que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos. Pero la FDA promovió las vacunas de todo modo, y luego trató de ocultar los datos al público, según la periodista Naomi Wolf”.
En el texto citado más arriba, Wolf detalló las graves lesiones relacionadas con las vacunas que Pfizer y la FDA conocían desde el principio del 2021, basándose en los datos de los ensayos clínicos de la farmacéutica y los estudios posteriores a la comercialización. Para producir “The Pfizer Papers”, Wolf, periodista y directora ejecutiva de Daily Clout, juntamente con Amy Kelly, convocaron a miles de científicos y médicos voluntarios para analizar los datos de Pfizer y los datos complementarios de otros sistemas de informes públicos para capturar el alcance total de los efectos de las vacunas.
Otro de los casos mas preocupantes en lo que estuvo implicado Pfizer, fue el “ensayo clínico en Nigeria en 1996, en el que niños fueron sometidos a pruebas de un antibiótico experimental sin un consentimiento adecuado, resultando en muertes y secuelas permanentes. Este hecho generó demandas y fue calificado como una violación de derechos humanos”.
Wolf y Kelly obtuvieron los reportes de “public Heath and Medical Profesional for Transparency, un grupo de más 30 profesionales médicos y científicos que demandaron a la FDA en el 2021 para obligar a la agencia a publicar los datos, después de que la FDA se negara a cumplir con una solicitud de la Ley de Libertad de Información. Un Tribunal Federal ordenó en el 2022 a la agencia que publicara 450 mil documentos internos relacionados con la licencia de la vacuna contra el COVID -19 de Pfizer-BioNTech.
“La captación de los reportes fueron fundamentales y también altamente técnicos y científicos. Ningún periodista podría desglosarlo por sí mismo”, dice Wolf en el precitado ensayo, por lo que tuvo que valerse de unos 3250 científicos altamente acreditados para descodificar los datos proporcionados por la FDA. “Los hallazgos por los grupos de científicos emitido de forma sistemática, son clave sobre lo que Wolf revela en el texto: que “resulta ser el mayor crimen contra la humanidad en la historia registrada”.
“Los documentos de Pfizer son una sorprendente revelación de la codicia y la deshonestidad corporativas, con total desprecio por la ley y la salud real de los estadounidenses y los seres humanos del mundo”, escribió Steve Bannon en su introducción al libro.
Un “crimen contra la humanidad”. Wolf destaca que debido a que sus abuelos perdieron ocho hermanos en el Holocausto, no usó el lenguaje “crimen contra la humanidad” a la ligera. Sin embargo, subraya, que los informes dejan claro, dado lo que Pfizer sabia el daño a la salud humana causada por las vacunas de ARNm contra el COVID-19,”no hay forma de evitar concluir que esto no es descuido, no es codicia, no es descuido en la planta de producción”.
“Como dicen en tecnología, no es un error, es una característica “dijo. “En otras palabras, dañar a los seres humanos de maneras muy específicas, desde el principio, fue obviamente el resultado de estas inyecciones. Y en lugar de detenerlos, o retirarlos del mercado, Pfizer redobló la apuesta, la FDA redobló la apuesta y los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) redoblaron la apuesta.
El periodista Wolf dice que Pfizer, la FDA y los CDC tomaron esas decisiones sabiendo que un millón 223 mil personas murieron a causa de las vacunas en los primeros tres meses. “Lo hicieron sabiendo que la vacuna no detenia la infección, que causaba una larga lista de efectos secundarios graves en decenas de millones de personas”.
Wolf destaca que Pfizer también manipuló los datos para que la FDA aprobara la autorización de uso de emergencia (EUA, por sus siglas en inglés). En lo que Wolf llamó “uno de los informes mas condenatorios de este caso”, el equipo del anestesiólogo australiano DR Jevanthi Kunadhashan descubrió que Pfizer retrasó el registro de las muertes para que no tuvieran que incluirse como parte de su presentación de datos de EUA.
Los investigadores concluyeron que, si Pfizer hubiera registrado e informado las muertes de manera oportuna, la FDA no habría podido otorgarles una EUA para la vacuna.
Los efectos adversos graves en los primeros tres meses suman unos 42 mil pacientes.