Si el ser humano dominicano nacido y viviendo de manera habitual en su lar nativo siempre fue excelente, lo que ahora lo ha dañado son los vicios de la sociedad dominicana en decadencia.
Por Ramón A. (Negro) Veras
1.- Nuestro país no siempre ha tenido en su seno a ese ente social inclinado a causar daño material o moral. El perjudicial, el lesivo se ha desarrollado con el tiempo.
2.- La persona negativa, esa perniciosa que le amarga la existencia a los demás, es fruto de un determinado período de la vida nacional dominicana.
3.- La mujer y el hombre dominicano del pasado estaban hechos para ser favorables, no para lesionar a sus congéneres, a sus semejantes, porque les dominaba la bondad.
4.- Lo que al proceder de los nuestros le ha hecho dañoso, debemos buscarlo en la misma sociedad dominicana, no fuera de ella.
5.- Si el ser humano dominicano nacido y viviendo de manera habitual en su lar nativo siempre fue excelente, lo que ahora lo ha dañado son los vicios de la sociedad dominicana en decadencia.
6.- Un ciudadano cargado de pureza, de absoluta integridad, nacido y desarrollado en el mismo país, tiene ahora como homólogos a deshonestos y pervertidos de todos los calibres.
7.- Un ambiente como el dominicano de hoy, preñado de manchas sociales, lo más normal es que exhiba la basura, el subproducto social, el lúmpen.
8.- El deterioro económico y social que ha arrastrado la República Dominicana ha llegado acompañado de una ciudadana y un ciudadano que bien han asimilado los defectos y los bochornosos estigmas aceptados como cultura de gente de poco juicio.
9.- No es habitual que el chisme, el odio, la envidia, la mentira y el engaño formen parte de la manera de ser de la generalidad de nuestros connacionales de esta época.
10.- Ningún individuo, en un abrir y cerrar de ojos, se hace chismoso, odiador o intrigante. Debe haber cultivado y asimilado maldades para hacer de acciones feas algo propias y muy distintivas de su carácter y forma de ser.
11.- La base sobre la cual descansa la sociedad en la cual convivimos dominicanas y dominicanos, tiene una superestructura instructiva para que la persona, una vez entregada a la maldad, la difunda como norma correcta conveniente a imitar. De ahí que es algo cultural hacer maldad, ejecutar travesuras.
12.- En la medida que la sociedad se hace más añeja y acumula porquerías de todo tipo, más comunitarios resultan moralmente dañados. El transcurso de los años hace más inservible el medio donde habitamos. Lo inútil está ocupando el espacio social.
13.- Lo único positivo que se puede lograr en los marcos de la actual coyuntura dominicana es alentar a que fuerzas motrices, no contaminadas por los vicios sociales, se ocupen de accionar políticamente para eliminar lo dañado por lo sano de que este pueblo es merecedor.
14.- Es de confiar que nuestro país va a cambiar para bien, aunque al adecentamiento de la sociedad se opongan las rémoras adversas al progreso y desarrollo humano.
15.- La República Dominicana está necesitando un régimen económico y social nuevo, en el cual se desarrolle un ser humano virtuoso, que simbolice laboriosidad, fraternidad y apego a nuevos valores éticos y morales.
16.- Lo ideal sería que nuestro país llegue a contar con dominicanas y dominicanos que abracen la moral social, expresada en su conducta ante el trabajo, la sociedad y la familia. Ese es el ser humano cuya actitud responde a la forma de portarse en comunidad.