RAMON LUNA
El reto de combatir la violencia de género es un dolor de cabaza para la mayoría de las sociedades modernas. Esta lacra no hace ningún tipo de discriminación a la hora de descargar toda su rabia sobre sus víctimas. Es oportuno diferenciar la violencia de género de la violencia machista. En la primera la víctima del agresor es su pareja o su expareja; en la machista la violencia se ejerce contra una mujer con la que no es necesario tener o haber tenido algún tipo de relación. En ambos casos, casi siempre, la violencia física es precedida por insultos, amenaza y terror psicológico.
Cuando esta se manifiesta en pública hace ratos que la víctima viene viviendo un infierno en la intimidad. Recientemente se han producido tres hechos que demuestran que cualquier mujer, sin importar su estatus, nivel académico, logros empresariales o del tipo que sea, puede ser víctima de su pareja. El pasado 6 de agosto la ex primera dama de Argentina, Fabiola Yáñez, denunció al expresidente de Argentina, Don Alberto Fernández, de haberla maltratado física y psicológicamente.
Estos hechos se producían en el palacio de gobierno y ha afectado sensiblemente las políticas de igualdad de género en el país suramericano. La extrema derecha y los populistas que gobiernan la República de Argentina no desaprovecharon la ocasión para ir a saco contra las mujeres del empobrecido país. En otro hecho lamentable perdió la vida, después de haber sido rociada con gasolina y prendida en fuego por su exnovio, la super atleta ugandés, Rebecca Cheptegei.
Finalmente, toda Francia está en shock después que se hiciera público uno de los hechos más abominable de los últimos años. Don Dominique Pélicot drogaba a su pareja, con la que había estado casado por más de cincuenta años, para fotografiarla y hacerle videos mientras era violada por desconocidos que éste invitaba a su casa. En las evidencias recabadas por las autoridades francesas fueron identificados más de 50 agresores, quienes abusaron de esta mujer que se autodefine “como una ruina” y quienes enfrentan posibles condenas de 20 o más años tras las rejas. El Reino de España es otro calvario.
En el país de la Península Ibérica han sido asesinadas por sus parejas o exparejas, en lo que llevamos del 2024, 26 mujeres. Desde el 2003, años en el que comenzó a recopilar estadísticas de esta desgracia, han perdido la vida 1,270. Las secuelas de la violencia vicario es otro demonio de dimensiones desconocidas. En ésta aparece lo más deleznable que puede albergar el corazón de una rata. En la violencia vicaria las víctimas son los hijos, quienes son maltratados y a veces asesinados cruelmente con el sólo propósito de provocarle dolor a la madre.
Nota: Hay hombre, aunque en menor proporción, que son víctimas de violencia vicaria. Las redes sociales han fabricado una bomba de tiempo, cuya detonación podría arrasarlo todo a su paso. El irresponsable acceso de nuestros menores a contenidos pornográficos está haciendo que la violencia de género de manifiesta a edades más tempranas y construyan un concepto distorsionado de la sexualidad.
Día sí y día también, decenas de niña son vejadas y chantajeadas por bandas que se dedican a mancillarlas con el uso de la inteligencia artificial. Las escuelas han pasado de ser un espacio seguro para convertirse en una amenaza permanente para padres, tutores y estudiantes. No hay nada que justifique la violencia de género y se debe legislar para que quienes perpetran estos actos de barbarie sufran castigos ejemplares.
Millones de mujeres orinan sangre en jaulas de oro. Millones de mujeres viven una vida miserable después de haber obtenido logros académicos y empresariales por haber ligado sus vidas a desquiciados, quienes no perdonan que éstas se hayan superado y no estén dispuestas a dejarse someter. Miles de mujeres son muertas en vida, por la angustia de saber que sus hijo/as están sufriendo maltratos y abusos a manos de sus parejas. No hay título, apellido, fortuna o amenaza que detenga la determinación de un maltratador. Sin embargo, es reconfortante la paliza que Kamala Harris le propinó en el pasado debate presidencial a Donald Trump.
El candidato del Partido Republicano, quien se ha convertido en el buque insignia de la misoginia, fue derrotado por una mujer, fue derrotado por una negra y fue derrotado por una hija de inmigrantes. Kamala encarna tres de los sectores más golpeados y vejados en los Estados Unidos de América. Ojalá que este sea el comienzo del desmonte de las falsedades propagadas por un grupo de payasos que han llegado al poder mintiendo a trocha y mocha.
Un poco de atención cuando al comienza cualquier relación puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Los abusadores siempre mandan señales y aunque lo prometan mil veces, no cambian. He aquí unas cuantas de sus frases malditas: Tú no necesitas estudiar o trabajar, yo te mantengo. Esos amigos tuyos no me gustan, tú no los necesitas, para eso me tienes a mí. Si tú me dejas me muero, sin ti yo no podría vivir. Estas expresiones son el prólogo de una condena de muerte: Si me dejas te mato.