Umbral

Sesenta aniversario de la gesta patriótica y antiimperialista de abril de 1965

Por Julio Guzmán Acosta

Santo Domingo — Este 24 de abril, la República Dominicana recuerda con solemnidad y respeto el 60 aniversario de la Revolución de Abril de 1965, un levantamiento cívico-militar que marcó un hito en la historia nacional por su firme defensa del orden constitucional y la voluntad popular.

El movimiento comenzó ese día con el objetivo claro y decidido de restablecer el gobierno legítimo del presidente Juan Bosch, depuesto un año antes por un golpe de Estado. Esta gesta popular fue protagonizada por un amplio espectro social que unió sectores de la burguesía urbana con trabajadores y obreros, consolidando una alianza de clases en defensa de la democracia y la legalidad.

La Revolución de Abril fue encabezada por figuras emblemáticas, entre ellas el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien se convirtió en un símbolo de resistencia, liderazgo y entrega en la lucha por los derechos del pueblo dominicano. Bajo su mando, las fuerzas constitucionalistas protagonizaron una lucha intensa en la capital, Santo Domingo, epicentro del conflicto, aunque el levantamiento no logró extenderse hacia las zonas rurales del país.

Las demandas principales de este movimiento armado fueron la restitución del gobierno constitucional de Juan Bosch, la restauración del Estado de derecho, el respeto a la soberanía nacional y la garantía de los derechos y libertades democráticas para todos los dominicanos. En esencia, la Revolución de Abril representó el reclamo ferviente de un pueblo que exigía la autodeterminación y el fin de la usurpación del poder.

Sin embargo, la respuesta internacional no tardó en llegar. El 28 de abril de 1965, apenas cuatro días después del inicio de la insurrección, Estados Unidos intervino militarmente con el despliegue de 42 mil marines, en lo que fue la segunda invasión norteamericana al país en el siglo XX. Esta acción transformó el conflicto en una confrontación de carácter internacional, que buscó sofocar la lucha libertaria y preservar intereses geopolíticos en la región.

La invasión estadounidense no solo frustró las aspiraciones constitucionalistas, sino que convirtió la lucha en una guerra por la soberanía nacional, la libertad y el derecho inalienable del pueblo dominicano a decidir su destino sin injerencias externas. A pesar de la superioridad militar de la potencia extranjera, la resistencia dominicana, inspirada en ideales de justicia y democracia, perduró en la memoria colectiva como un símbolo de valentía y dignidad.

Hoy, a seis décadas de ese momento crucial, la Revolución de Abril sigue siendo un referente histórico de la lucha por la democracia y la soberanía en la República Dominicana. Aunque se han alcanzado importantes conquistas sociales y políticas, las demandas fundamentales que impulsaron aquel movimiento aún inspiran a nuevas generaciones en la búsqueda de justicia, equidad y respeto a la voluntad popular.

Este aniversario invita a reflexionar sobre el valor del compromiso ciudadano y la defensa de los principios democráticos, recordando que la historia de la República Dominicana está marcada por el coraje de un pueblo que no renunció a sus derechos y a su dignidad frente a la adversidad.

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