Por Theo N. Guzmán
Washington D.C., Estados Unidos. — En un giro inesperado en la política hacia Venezuela, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la revocación de las licencias petroleras otorgadas durante las negociaciones entre la Administración Biden y el gobierno de Nicolás Maduro, iniciadas en 2022. Estas licencias permitían a empresas como la estadounidense Chevron, la española Repsol, la india Reliance y la italiana ENI operar en el país sudamericano. La decisión, comunicada a través de la red social Truth Social, ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones para la industria petrolera y las relaciones bilaterales entre ambos países.
En su mensaje, Trump afirmó: “Por la presente estamos revirtiendo las concesiones que el corrupto Joe Biden le dio a Nicolás Maduro, de Venezuela, sobre el acuerdo de transacción petrolera, con fecha del 26 de noviembre de 2022”. El mandatario estadounidense justificó la medida alegando que el gobierno de Maduro no ha cumplido con las condiciones electorales acordadas ni ha repatriado a los migrantes venezolanos deportados por Estados Unidos al ritmo pactado. “Ordeno que el ineficaz e incumplido ‘Acuerdo de Concesión’ de Biden se rescinda a partir de la opción de renovación del 1 de marzo”, añadió.
Reacciones políticas y económicas
La decisión de Trump ha sido recibida con beneplácito por sectores de la oposición venezolana y por figuras republicanas como el senador Marco Rubio, quienes han presionado para eliminar las licencias petroleras que permiten a empresas occidentales operar en Venezuela. María Corina Machado, líder opositora venezolana, celebró el anuncio en una entrevista con Donald Trump Jr., hijo del presidente estadounidense. “Es un mensaje claro de que Maduro está en problemas y que el presidente Trump está con Venezuela, del lado de la prosperidad y la libertad de toda la región”, afirmó Machado.
Sin embargo, el anuncio llega en un momento delicado para la oposición venezolana, que enfrenta divisiones internas y cuestionamientos a su liderazgo, especialmente tras el llamado de Machado a boicotear las elecciones parlamentarias, de alcaldes y gobernadores convocadas para este año.
Implicaciones para la industria petrolera
La revocación de las licencias petroleras podría tener un impacto significativo en la industria energética global. Venezuela es el tercer proveedor de crudo de Estados Unidos, después de Canadá y México, con un promedio de 295 mil barriles diarios, según la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. La mayoría de estos barriles son producidos por Chevron, cuya licencia para operar en el campo Boscán, uno de los yacimientos más importantes del país, podría verse afectada.
Expertos como Francisco Rodríguez, consultor financiero venezolano, señalan que, aunque la licencia 41 otorgada a Chevron expire el 1 de marzo, seguirá siendo válida hasta el 1 de agosto de 2025 debido a su estructura de renovación automática cada seis meses. “Esto deja mucho tiempo para negociaciones que podrían resultar en una nueva licencia o autorización similar antes de que expire oficialmente”, explicó Rodríguez.
Por su parte, la española Repsol, que opera en Venezuela con 131 empleados y es accionista de varias empresas petroleras, podría verse más afectada debido a su menor capacidad de lobby en comparación con Chevron. Repsol produce alrededor de 65 mil barriles diarios en Venezuela, un 11% de su producción total, y depende de las licencias para recibir petróleo venezolano con descuentos y refinarlo con márgenes de ganancia significativos.
Presión migratoria y negociaciones
El anuncio de Trump también podría estar relacionado con la presión sobre Venezuela para aumentar la recepción de migrantes deportados desde Estados Unidos. Según el Miami Herald, Caracas ha recibido cuatro aviones con 600 venezolanos deportados en los últimos días, un ritmo que, de mantenerse, tardaría una década en repatriar a todos los migrantes que Washington pretende devolver.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, criticó la medida, calificándola como “lesiva” para el pueblo venezolano y los intereses de Estados Unidos. “Este tipo de acciones fallidas impulsaron la migración de los años 2017 al 2021 con las consecuencias ampliamente conocidas”, afirmó.
¿Cambio de estrategia o táctica temporal?
Analistas como David Voght y Patricia Ventura, del Atlantic Council, advierten que la aplicación de sanciones podría desviar el petróleo venezolano hacia China en lugar de Estados Unidos, Europa e India. “Los grandes descuentos subsidiarían en la práctica las importaciones chinas a expensas del pago de la deuda de las empresas occidentales”, señalaron.
La gran incógnita es si este cambio de enfoque de la Administración Trump es circunstancial o se mantendrá en el tiempo. Mientras tanto, el sector petrolero y las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela enfrentan un período de incertidumbre y negociaciones complejas, con implicaciones tanto económicas como políticas para ambos países.