En la imagen la nueva directiva de la Fundación Trópico elegida en la asamblea y donde fue reelegido Fernando Morillo como presidente.
Por Thiago Zorrilla Acosta
Santo Domingo, RD – La Fundación Trópico Inc. llevó a cabo este fin de semana una asamblea electiva memorable, donde se eligió un nuevo consejo directivo para el período 2025-2028. En un evento marcado por la unidad y el compromiso social, los miembros de la fundación reeligieron a Fernando Morillo como presidente, reconociendo su ardua labor y dedicación a lo largo de su gestión.
Desde su fundación en 2003, la Fundación Trópico ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo social y educativo de comunidades como Cristo Rey, Guaricano y Santo Domingo Este. A lo largo de los años, la institución se ha consolidado como un pilar en la promoción de la educación, la cultura y los derechos humanos, abordando también temas de medio ambiente y gestión de riesgo de desastres. El liderazgo de Fernando Morillo ha sido fundamental en este proceso, guiando a la organización con una visión solidaria y revolucionaria que ha permitido el crecimiento y fortalecimiento de sus iniciativas.

Durante la asamblea, Morillo expresó su agradecimiento a miembros destacados de la fundación, como Miguel Gil, Manuel María Mercedes, Juana Cleto e Ivelisse Antigua, quienes han sido clave en la creación y desarrollo de la organización. Su reelección fue un voto de confianza que destacó su amplia y fructífera labor al frente de la institución.
El nuevo consejo directivo estará compuesto, además de Morillo, por Bernardo Rodríguez, psicólogo, escritor y activista, quien asumirá la coordinación de la Dirección de Proyectos. José Miguel Díaz fue elegido como el nuevo administrador, mientras que Mónica Girón y Daniela Ferrera ocuparán los cargos de vocales. Beatriz Delgado será la directora ejecutiva y Yelly Mesa asumirá la secretaría.
La actividad se desarrolló en un ambiente de colaboración y tranquilidad, augurando un futuro exitoso para el nuevo equipo directivo. La Fundación Trópico se caracteriza por fomentar un espíritu de confraternidad y hermandad, creando un entorno propicio para el trabajo y el crecimiento continuo. Su enfoque en el voluntariado y el desarrollo comunitario asegura que la organización continuará su recorrido hacia la prosperidad y el impacto positivo en las comunidades que sirve.