El colombiano Carlos Vives homenajeado en el evento y el dominicano Juan Luis Guerra ganador del álbum del año, centraron la atención de unos premios que cumplen un cuarto de siglo poniendo de relieve la variedad musical y la potencia de la música latina.
Por Julio Guzmán Acosta
La noche del jueves, Miami se convirtió en el epicentro de la música latina al celebrar la 25ª edición de los Latin Grammy, un evento que trasciende la mera entrega de premios para convertirse en una auténtica fiesta que reúne a artistas de todo el continente. Desde su creación hace un cuarto de siglo, estos galardones han evolucionado, reflejando la riqueza y diversidad de la música latina, y este año no fue la excepción. Con un ambiente festivo y una alineación estelar, la gala se erigió como un homenaje a la música que une culturas y corazones.
Gloria Estefan, una de las voces más emblemáticas de la música latina, junto a Andy García, abrió la velada con un mensaje de celebración y unidad. “Qué alegría que 25 años después nos reunamos en Miami para celebrar no solo nuestra música, sino una historia que sigue conquistando el mundo”, afirmó Estefan, recordando los inicios de estos premios en el umbral del nuevo milenio. La ciudad, con su vibrante mezcla de ritmos, se convirtió en el escenario perfecto para una noche donde la tuba, el bongó y la guitarra se entrelazaron en una sinfonía de sonidos.
El evento, que se desarrolló sin proclamas políticas, se centró en la música como un lenguaje universal. En este contexto, el dominicano Juan Luis Guerra brilló con luz propia al llevarse los dos premios más codiciados de la noche: Grabación del Año y Álbum del Año, gracias a su obra “Mambo 23” y “Radio Güira”. Su triunfo no solo es un reconocimiento a su talento, sino también un testimonio de su influencia en la música latina, que ha logrado resonar en todo el mundo.
La gala estuvo marcada por actuaciones memorables. Carlos Vives, reconocido como Persona del Año, abrió el espectáculo con una mezcla de sus éxitos, mientras que otros artistas como Karol G, Sebastián Yatra y Camilo no pudieron contener su emoción, coreando y bailando desde sus asientos. La presencia colombiana fue notable, con varios artistas compitiendo por los gramófonos, aunque la noche no estuvo exenta de homenajes. Alejandro Sanz, quien presentó el premio a Vives, dedicó unas palabras de aliento a los afectados por la reciente DANA en España, recordando que la música puede ser un refugio en tiempos difíciles.
La diversidad de la música latina se hizo evidente en cada actuación. Desde el rap en español de Eladio Carrion hasta el tributo a la salsa producida por Marc Anthony, la gala ofreció un festín de ritmos y estilos. Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a Juan Gabriel, donde artistas como Reik y David Bisbal rindieron tributo a la leyenda de la música mexicana. La noche culminó con Luis Fonsi interpretando su icónico “Despacito”, recordando a todos los presentes que la música tiene el poder de unir a las personas.
En el ámbito de los premios, la competencia fue feroz. Jorge Drexler se llevó el galardón a Canción del Año con “Derrumbe”, dedicándolo a su padre, fallecido días antes. Mientras tanto, Guerra, en su discurso de aceptación, no solo agradeció a sus colegas nominados, sino que también dedicó su triunfo a Jesucristo, reflejando su profunda conexión espiritual con su arte.
La gala no solo fue un evento de premiación, sino también una celebración de la cultura latina en su máxima expresión. Con 58 galardones en total, la jornada comenzó con una ceremonia previa donde se entregaron 49 premios, destacando a artistas emergentes y consolidados. Shakira y Bizarrap, por ejemplo, se llevaron su primer premio en la categoría de mejor interpretación de música electrónica latina, mientras que Mon Laferte fue reconocida por su álbum “Autopoiética”.
La noche fue un homenaje permanente y recordatorio de que la música latina no solo es un fenómeno de entretenimiento, sino un movimiento cultural que sigue creciendo y evolucionando. Con cada año que pasa, los Latin Grammy se consolidan como un espacio donde la diversidad, la creatividad y la pasión por la música se celebran en grande. Juan Luis Guerra, con su doble triunfo, se erige como un símbolo de esta rica tradición musical, recordándonos que, a pesar de las diferencias, la música siempre encontrará la manera de unirnos. En este 25 aniversario, la fiesta de la música latina no solo continuó, sino que se intensificó, prometiendo un futuro brillante para todos los artistas que la representan.