Los obreros en pie de lucha por sus rerechos (foto Universal)
Por Julio Guzmán Acosta
Estambul, 19 de febrero de 2025.- En respuesta a una serie de huelgas generalizadas en la Zona Industrial Organizada de Antep Başpınar, el gobierno turco ha implementado medidas drásticas, denominadas por los trabajadores como la “ley del enemigo”, para frenar las protestas que exigen mejores salarios y condiciones laborales.
Estas acciones incluyen la prohibición de manifestaciones, la suspensión de afiliaciones sindicales a través del gobierno electrónico y el despliegue masivo de fuerzas policiales y de gendarmería. Las huelgas comenzaron cuando los trabajadores de decenas de fábricas se opusieron a un aumento salarial del 30% impuesto por los patrones, considerándolo insuficiente para cubrir sus necesidades básicas.
A medida que las protestas se extendían por toda la región, las autoridades respondieron con una serie de medidas represivas, incluyendo la detención del presidente del sindicato BİRTEK-Sen, Mehmet Türkmen, acusado de “violación de la libertad de trabajo” e “incitación a cometer un delito”. Türkmen fue arrestado el domingo pasado durante una reunión con trabajadores en la sede del sindicato, lo que ha generado una ola de indignación entre los sindicatos, organizaciones profesionales y partidos políticos.
Ayer, frente al juzgado, cientos de trabajadores se manifestaron en apoyo a Türkmen, coreando consignas en defensa de sus derechos laborales y sindicales.
Respuesta sindical y política
Varias figuras prominentes del movimiento obrero y político han condenado las acciones del gobierno. Arzu Çerkezoğlu, presidenta de DİSK, declaró: “La lucha de los trabajadores por condiciones de trabajo dignas es justa y legítima”. Por su parte, Kenan Öztürk, presidente de TÜMTİS, exigió la liberación inmediata de Türkmen y la eliminación de los obstáculos que enfrentan los trabajadores.
Además, el Colegio de Abogados de Gaziantep, junto con otros sindicatos y organizaciones, ha llamado a la solidaridad nacional e internacional para apoyar a los trabajadores de Antep Başpınar. Melih Meriç, diputado del Partido Republicano del Pueblo (CHP), calificó la detención de Türkmen como un “claro indicio de las políticas antiobreras del gobierno”.
Contexto político y económico
Las huelgas y la posterior represión ocurren en un contexto de tensiones económicas en Turquía, donde el gobierno de Erdogan-Simsek ha enfrentado críticas por su manejo de la inflación y el desempleo. Los trabajadores argumentan que el aumento salarial del 30% no compensa el alza en el costo de vida, lo que ha llevado a un creciente descontento en el sector laboral.
Llamado a la solidaridad
Los trabajadores y líderes sindicales han hecho un llamado a todos los sindicatos y organizaciones de clase para unirse en solidaridad contra lo que describen como un ataque sistemático a los derechos laborales. “Defender los derechos de los trabajadores es el deber más fundamental de todo sindicalista”, afirmó Gökhan Durmuş, presidente de TGS.
Mientras tanto, la detención de Türkmen sigue siendo un punto de conflicto, con manifestaciones planeadas en varias ciudades de Turquía para exigir su liberación y el respeto a los derechos sindicales. La lucha de los trabajadores de Antep Başpınar se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a lo que muchos consideran una política gubernamental opresiva y antiobrera.