Por Pedro Ángel
Continúo con esta tercera entrega de los juicios paralelos, esos debates que se dan en la opinión pública sobre los procesos en la justicia y muchas veces presionan las acciones y decisiones de jueces y fiscales. Ahora trato cómo impactan a los imputados.
La presión mediática y las coberturas sensacionalistas pueden presentar a los imputados como culpables antes de que se emita el veredicto de un tribunal, lo que constituye una daga filosa enterrada en el costado de la presunción de inocencia.
La reputación de los que están sentados en el banquillo de los acusados es la primera víctima en la escalera del cadalso, ya que los ataques y valoraciones en los medios de comunicación y redes sociales dañan la imagen suya y, en consecuencia, su reputación.
Muchas veces los juicios paralelos ponen a pensar a la gente lo que no es. Cuando los ataques son feroces, no hay dudas en el imaginario: mansos corderitos son convertidos en demonios con candela.
Esto afecta su vida personal y profesional, con fuerte impacto en su vida económica, comercial y financiera aún después de ser absueltos por los tribunales.
La ansiedad y el estrés son otras cosas que afectan a los imputados producidas por los ataques públicos, situaciones de ánimo y salud que debilitan la voluntad para enfrentar el proceso en su contra.
Pero el gran impacto viene de las decisiones judiciales tomadas bajo presión de las grandes, alejadas del debido proceso y las leyes. A veces se condena o manda a prisión por clamor popular.
Pido
Pido a comunicadores, influencers y periodistas permitir que los tribunales y el sistema de justicia hagan su trabajo y no llevar al patíbulo de la opinión pública a quienes cometieron o no un error y enfrentan procesos en los tribunales.