La encuesta ha sido realizada entre el 17 de septiembre y el 6 de octubre, antes de que el Presidente de Colombia denunciara el golpe judicial que está intentado llevar a cabo el CNE
Por Theo N. Guzmán
Colombia – En un reciente estudio realizado por CELAG DATA, un significativo 44,8% de los encuestados cree que existen sectores en el país que buscan un “golpe blando” para destituir al presidente Gustavo Petro. Este dato se vuelve particularmente relevante ante las alegaciones del mandatario, quien ha denunciado un intento de desestabilización a través de un ataque por parte del Comité Nacional Electoral (CNE), que ha formulado cargos contra su campaña electoral.
La encuesta, llevada a cabo entre el 17 de septiembre y el 6 de octubre de 2024, revela un panorama dividido entre la población. Mientras un grupo importante considera que efectivamente se intenta socavar la presidencia de Petro, otro 39,5% opina que el presidente “exagera” y que no hay intención alguna de golpe de Estado. Además, un considerable 15,7% de los encuestados eligió no responder a esta pregunta, reflejando quizás la confusión o la incertidumbre que rodea la situación política actual.
En términos de percepción general sobre la situación nacional, el estudio muestra una ciudadanía marcada por la incertidumbre, con un 31,8% de los participantes sintiéndose así. Contrasta con el 30,2% que expresó tener sensación de esperanza o confianza, lo que sugiere un clima emocional complejo entre los colombianos. La decepción y el enojo también se anotan como sensaciones predominantes, alcanzando un 25,3%.
La evaluación de la gestión del Gobierno de Petro se presenta igualmente polarizada: solo el 37,3% considera que es positiva, frente a un abrumador 59,7% que la considera negativa. Dentro de esta evaluación, los encuestados mencionan importantes logros en el área educativa, donde más del 50% de los participantes la valoran positivamente. A pesar de las críticas permanentes sobre la economía, las políticas educativas y sociales del gobierno destacan como los mayores logros con un 20,9% y un 15,5%, respectivamente.
Al indagar sobre las principales preocupaciones de los colombianos, la corrupción se posiciona en primer lugar, identificada por un 32,4% de los encuestados, seguida de la inseguridad, narcotráfico y violencia (25,3%), y los problemas económicos (17,6%). Esto subraya un contexto en el que la percepción de inseguridad y corrupción persiste como un factor crítico en la vida cotidiana de los ciudadanos.
El estudio también pone de manifiesto los aspectos que generan orgullo en los colombianos: la belleza de sus paisajes y naturaleza (39,6%), la rica gastronomía (16,6%) y la calidez de su gente (15,8%).
En el ámbito político, Gustavo Petro se establece como el líder con mejor imagen positiva, alcanzando un 38,2%, a pesar de que su porcentaje de imagen negativa tiene un peso significativo con un 51,6%. Comparado con otros líderes como Claudia López y Álvaro Uribe, el presidente obtiene una notable ventaja en reconocimiento.
Los datos sobre la percepción del actual gobierno muestran que casi la mitad de la población (47,8%) considera a Petro como un presidente que negocia y busca acuerdos, mientras un 46,8% opina que las dificultades enfrentadas se deben a obstáculos impuestos por el Congreso. Sin embargo, un alarmante 49,3% de la población sospecha que el presidente podría estar involucrado en actos de corrupción, un factor que sin duda complica aún más su gestión.
A pesar del ambiente polarizado, la encuesta también revela un amplio apoyo al feminismo, con un 71,2% de los encuestados sosteniendo que es una lucha legítima por la igualdad. Esto indica un reconocimiento creciente de la importancia de la igualdad de género en el debate político y social colombiano.
Conclusión: Las recientes cifras y percepciones expuestas en el estudio de CELAG DATA reflejan una Colombia en tensión, con polarizaciones y desafíos significativos, pero también con espacios de esperanza y un reconocimiento de cambios propuestos por el gobierno. El futuro del país, como muestra la encuesta, dependerá de las acciones del gobierno, la capacidad de respuesta ante las críticas y la evolución de las pautas culturales en torno a temas de inclusión y justicia social.