JULIO GUZMÁN ACOSTA
La noche de este miércoles, la policía británica mantuvo un estado de alerta máxima ante el riesgo de escalada de la violencia, incitada por extremistas ultranacionalistas en Inglaterra e Irlanda del Norte.
Durante más de una semana, estos grupos han convocado a movilizaciones en varias localidades, generando un clima de tensión e incertidumbre. Las plataformas de extrema derecha habían organizado alrededor de un centenar de protestas, principalmente frente a centros de atención a migrantes.
Sin embargo, las contramanifestaciones en defensa de la convivencia y contra el odio lograron dominar la mayoría de los emplazamientos a última hora de la noche. Estas movilizaciones pacíficas superaron en número y fervor a las convocatorias de los ultras, reflejando un claro mensaje de la sociedad británica en contra de la xenofobia.
Despliegue Policial y Contexto de los Disturbios
Más de 6,000 agentes del orden público, incluyendo 2,000 antidisturbios, fueron desplegados para evitar posibles altercados. Solo en Londres, 1,300 policías se encargaron de mantener el orden. Esta medida respondía a los incidentes violentos registrados desde la semana pasada, tras el trágico apuñalamiento múltiple en Southport, que resultó en la muerte de tres niñas de entre seis y nueve años.
A pesar de que el autor del crimen era un joven de 17 años de Gales, con ascendencia ruandesa, falsos rumores difundidos en las redes sociales afirmaban que el atacante era un ciudadano sirio. Este bulo avivó las llamas del odio y movilizó a los grupos xenófobos.
En respuesta, miles de británicos desafiaron la recomendación policial de permanecer en casa y se manifestaron en varias ciudades para condenar la violencia y mostrar su apoyo a la comunidad migrante.
Manifestaciones Pacíficas y Reacción Ciudadana
Ciudades como Londres, Liverpool y Sheffield, escenarios de enfrentamientos graves en la última semana, vieron transcurrir manifestaciones pacíficas. Las pancartas contra el discurso del odio y antifascistas, junto con numerosas banderas de Palestina, destacaron en estas contramanifestaciones.
La presencia activa de ciudadanos comprometidos parece haber disuadido la concurrencia de radicales de extrema derecha. La combinación de la robusta presencia policial y las condenas judiciales a los promotores de la violencia ha comenzado a tener el impacto deseado por el Gobierno. El primer ministro laborista, Keir Starmer, coordinó la respuesta con las autoridades policiales y los servicios de inteligencia a través de reuniones del gabinete de emergencias Cobra, reflejando la gravedad de la situación en Downing Street. Hasta el momento, más de 420 personas han sido detenidas y cerca de 150 han sido imputadas.
Reacción del Gobierno y Medidas de Contingencia
El Gobierno ha anunciado su intención de presentar cargos contra la mayoría de los implicados antes del fin de la semana, habilitando sesiones adicionales en los tribunales para acelerar los procesos. Las alertas iniciales fueron disparadas por mensajes difundidos en plataformas como Telegram y WhatsApp, que incluían una lista de más de 30 ubicaciones, principalmente frente a unidades de apoyo a migrantes.
Los mensajes incitaban a la violencia con consignas como “no más inmigración”. Pese a la superioridad de las contramanifestaciones, los distritos donde se esperaban las convocatorias ultras implementaron planes de contingencia para minimizar daños. Muchos negocios no abrieron o cerraron temprano, y varios establecimientos protegieron sus escaparates con tablones de madera.
Durante la tarde del miércoles, las áreas de movilización registraron un notable aumento de la presencia policial y una disminución de la actividad, con muchas zonas convertidas en ciudades fantasma. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, trabajó junto a Scotland Yard para proteger edificios y reconoció el temor que los incidentes, con un marcado componente de islamofobia, generaban en la comunidad musulmana y otras minorías étnicas.
Impacto de las Redes Sociales y la Justicia Exprés
Las redes sociales han sido un canal crucial para la movilización. El Gobierno busca que la promoción de la violencia por Internet sea equiparada a los delitos materiales cometidos durante los disturbios. Aplicaciones como Telegram han comenzado a retirar canales y publicaciones que incitaban a la violencia.
La Fiscalía estudia imputar por terrorismo a algunos implicados, con el director Stephen Parkinson advirtiendo que atacar a abogados especializados en migración podría entrar en esta categoría. La intención del Gobierno es que la justicia rápida y la difusión de la identidad de los implicados ayude a sofocar la crisis, originada por la desinformación sobre el ataque en Southport.
La preocupación por la situación ha alcanzado al rey Carlos III, quien ha solicitado ser informado diariamente de la evolución de los acontecimientos, supervisando la situación desde el castillo de Balmoral, donde continúa su tratamiento de cáncer. La movilización ciudadana, la respuesta policial y judicial, y la implicación de las redes sociales y el Gobierno son cruciales para enfrentar esta ola de violencia ultranacionalista y restaurar la paz y la convivencia en el Reino Unido.