El presidente venezolano, Nicolás Maduro (centro), habla junto a la primera dama, Cilia Flores (tercera desde la derecha), y la vicepresidenta, Delcy Rodríguez (segunda desde la derecha), durante un mitin en el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas, el 30 de julio de 2024.AFP
JULIO GUZMAN ACOSTA
Convocado de urgencia para tratar la situación de Venezuela y los resultados electorales de los comicios celebrados el 28 de julio, en su última reunión del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha puesto de manifiesto la complejidad y la división de opiniones que existen en el continente americano respecto a la situación política en Venezuela.
La resolución propuesta, que buscaba la publicación inmediata de las actas de las elecciones presidenciales venezolanas, no logró obtener el apoyo necesario para su aprobación. Este resultado se debió en parte a las abstenciones de países clave como Brasil, Colombia y México. La resolución tenía como objetivo garantizar la transparencia y la legitimidad de los resultados electorales, en un contexto donde la victoria proclamada del presidente Nicolás Maduro ha sido cuestionada tanto por la oposición interna como por una parte significativa de la comunidad internacional.
Que 17 naciones votaran a favor de la resolución refleja una preocupación compartida por los derechos humanos y la integridad del proceso electoral en Venezuela. Sin embargo, las 11 abstenciones y las cinco ausencias indican que aún existe una considerable falta de consenso sobre cómo abordar estos temas a nivel regional. La resolución también subrayaba la importancia de proteger el material electoral y de realizar una verificación integral de los resultados en presencia de observadores independientes, lo cual es esencial para la confianza en cualquier proceso democrático.
Además, la resolución enfatizaba la necesidad de salvaguardar los derechos humanos fundamentales, incluyendo el derecho a la protesta pacífica y la seguridad de las instalaciones diplomáticas y del personal residente en Venezuela. Estos elementos son cruciales para mantener la estabilidad y la paz social en un país que ha estado marcado por la polarización y la tensión política.
La solidaridad expresada hacia el pueblo venezolano y la petición al gobierno de garantizar la seguridad de las embajadas y del personal diplomático reflejan la preocupación por la protección de los derechos civiles y políticos en el país. La situación en Venezuela sigue siendo un tema delicado y controvertido en la política internacional, y la decisión de la OEA muestra las dificultades para alcanzar un acuerdo unánime en la región sobre cómo responder a los desafíos electorales y de derechos humanos en el país.
En resumen, la votación en la OEA revela las tensiones y los retos que enfrenta la comunidad internacional al tratar de apoyar los principios democráticos y los derechos humanos en Venezuela.
Mientras algunos países muestran su apoyo a medidas concretas para asegurar la transparencia y la legitimidad de los procesos electorales, otros se abstienen, reflejando la diversidad de enfoques y la cautela política en la región. Este evento subraya la importancia de continuar el diálogo y la búsqueda de consensos que permitan avanzar hacia soluciones constructivas y respetuosas de los valores democráticos y los derechos humanos en América Latina.
SOBRE EL SUPUESTO FRAUDE EN VENEZUELA
La oposición venezolana y amplios sectores de la comunidad internacional hablan de fraude electoral, pero nadie ha aportado documentación creíble para sustentar sus afirmaciones.
Con todos los medios de comunicación al servicio de la campaña contra el gobierno venezolano, si existieran indicios verificables de irregularidades en el proceso electoral en que resulto reelecto Nicolas Maduro, ya estarían en las primeras páginas de esos medios y en todas las cadenas internacionales.