RAMÓN LUNA
Cada día cuesta más pasar de la indignación a tomar medidas para desterrar los hechos y comportamientos que la producen.
La delegación del Partido Revolucionario Moderno, en Londres, se ha convertido en el tubo de ensayo por donde el viejo PRD empieza a instalarse en el “nuevo partido”.
El temor de una buena parte de los militantes del partido, en esa demarcación europea, a perder un nombramiento que aún no tienen y que podría no llegar a producirse, los tiene tragando en seco y aguantando insultos e improperios. Da risa ver a un grupo de adultos siendo tratados como a niños malcriados.
-Cómo vayas no te nombro!
-Ta’ quitao!
-Ta’ puesto!
Y pila de sandeces.
Cuidado con los gestos apócrifos, como los libros aquellos. Utilizar a Dios como una marioneta aleja a los más pequeños del redil y debe meter mucho miedo una rueda de molino atada al cuello.
“! Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno dicen malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; ¡que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”
Isaías 5: 20.
Que el Coordinador del Partido, Don Miguel Almonte, no haya votado en las elecciones del pasado 19 de mayo, nos indignó a todos, pero nadie hace o dice nada.
Imaginen al honorable presidente de la República, Don Luís Rodolfo Abinader Corona, no yendo a votar por su partido y él mismo en un proceso electoral.
Que el coordinador del partido, Don Miguel Almonte, pague para que un compañero haya sido fotografiado fregando platos, para agredir espiritual y profesionalmente a ese honorable trabajador, nos indignó a todos, pero nadie dice nada.
El Señor Almonte le pagó a Villa Mella, como revelan los audios y las fotografías que tiene hasta Checheré, 3,500 pesos para que perpetrara semejante aberración, pero las fotos no mostraban el rostro del compañero y esto removió los instintos más bajo que puede tener un ser humano: la ira, la intolerancia, el desprecio por lo humano y el complejo de inferioridad.
En este PRM no es suficiente conseguir lo que quiero, el placer consiste en que los demás se jodan.
“A Dios rogando y con el mazo dando”
Refrán español.
-Ramón, tranquilo que pierdo mi nombramiento.
-Compañero/a, por mí no lo pierda, siga aguantando.
Con dicho encargo Don Miguel Almonte, ofendió a varias generaciones de dominicanos, incluso a él mismo. Gente que tuvo la valentía de abandonar su país detrás de un futuro mejor trabajando dignamente. Entre esos dominicanos se encuentran la mayoría de los dirigentes y/o funcionarios del partido. Hablo de Europa, Santo Domingo es otra cosa.
Si lo que hizo Miguel Almonte es repugnante, lo es más que sea defendido y protegido por gente que se dedican o se han dedicado en algún momento a hacer esos tipos de trabajos.
Es bueno recordar, que los verdugos de los esclavos eran otros esclavos nombrados como capataces.
Un comportamiento alevoso, injusto y asqueroso debió ser sancionado ipso facto. Aunque soy consciente de que nada es más determinante, a la hora de tomar decisiones, que el estómago y dos cheles de gloria. ¡Cómo jode la gloria!
Quiero dejar meridianamente claro, que Don Miguel Almonte no me representa, peor aún, no representa lo que promueve el Partido Revolucionario Moderno, y si es así, estamos en el partido equivocado.
Si cada cual se pasa los principios y los estatutos del partido por el forro, como en el viejo PRD, tenemos los días contados.
A quienes han tragado como sapos, por miedo a “no ser nombrados”, van mis mejores deseos. Pero permítanme ser un verso suelto, una voz que clama en el desierto o simplemente alguien que no está dispuesto a aplaudir estas payasadas.
Déjenme saborear el placer de no tolerar humillaciones de alguien que también friega platos, pero que se ha vuelto loco convencido de que tiene poder.
Estamos ante un capítulo más de Prospero Mango Alto, personaje de la obra de Víctor Alicinio Peña Rivera, “La herencia del caudillo”.
También habló Don Joaquín Antonio Balaguer Ricardo de este personaje en el libro Los Carpintero. “Si quieres saber quién es mundito, dale un carguito”.
Don Antonio José Gómez Peña, Don Carlos Núñez, Don Daniel Polanco, Don Julio César López Peña, Dña. Naty Nova y a todo el que le competa, esperamos que estén a la altura de las circunstancias.
Los cargos pasan, pero el legado se queda.